Los satélites proporcionan datos sobre el permafrost no tan permanente
20/5/2019 de ESA

Estanques formados por el deshielo del permafrost en la Península de Yamal al noroeste de Siberia, captados por la misión Sentinel-2 Copernicus el 27 de agosto de 2018. Crédito: contiene datos modificados de Copernicus (2018), procesados por ESA, CC BY-SA 3.0 IGO.
El hielo es sin duda una de las primeras víctimas del cambio climático pero los efectos del calentamiento de nuestro mundo no se limitan al hielo que se funde en la superficie de la Tierra. El subsuelo que ha permanecido congelado durante miles de años se está descongelando también, lo que se suma a la crisis climática y causa problemas inmediatos a las comunidades locales.
En las regiones frías de la Tierra gran parte del subsuelo está congelado. El permafrost es tierra, roca o sedimento congelado, a veces de cientos de metros de grosor. La mayor parte del permafrost de las regiones polares ha permanecido congelado desde la última edad de hielo.
Influido por la temperatura, el permafrost es una variable esencial del clima. A través de la Iniciativa de Cambio Climático de ESA se han recogido datos durante varios años para determinar tendencias y entender mejor cómo encaja el permafrost en el sistema climático.
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