La Tierra y Venus crecieron como planetas revoltosos
27/9/2021 de The University of Arizona / The Planetary Science Journal
El escenario habitualmente aceptado que explica la formación de los planetas de nuestro sistema solar implica que las colisiones entre cuerpos pequeños provocaron que estos se unieran y, con el paso del tiempo, las colisiones repetidas permitieron la adquisición de material nuevo para el crecimiento del planeta bebé.
Sin embargo, un estudio nuevo propone que los cuerpos preplanetarios pasaron una buena parte de su viaje por el sistema solar interior chocando y rebotando unos con otros, antes de colisionar de nuevo en épocas posteriores. Una primera colisión serviría para frenarlos, y después de esto habría sido más fácil que se mantuvieran juntos la próxima vez.
Una de las consecuencias de este escenario es que Venus y la Tierra habrían pasado por experiencias muy diferentes mientras se formaban como planetas, a pesar de ser vecinos en el sistema solar. La Tierra habría servido para frenar cuerpos planetarios con los que interaccionó, haciendo que al final fuera más probable que chocaran y se unieran a Venus.
Los astrónomos proponen también un escenario nuevo para la formación de la Luna, habitualmente explicada como una colisión muy lenta con otro cuerpo, cuyo resultado es un satélite con composición similar a la de dicho cuerpo pero no a la de la prototierra, lo que constituye un problema pues la Luna posee una composición química casi idéntica a la de nuestro planeta. Según el nuevo escenario, un protoplaneta del tamaño de Marte chocó contra la Tierra pero como iba muy rápido, siguió viajando por el espacio. Regresó un millón de años más tarde, provocando un impacto gigante similar al del modelo estándar. «El impacto doble mezcla los materiales mucho más que un solo episodio», explica Erik Asphaug (Lunar and Planetary Laboratory).
[Fuente]