La luz de cuásares antiguos ayuda a confirmar el entrelazamiento cuántico
12/9/2018 de MIT / Physical Review Letters
El año pasado, un equipo internacional de físicos halló pruebas de entrelazamiento cuántico, la extraña idea de que dos partículas, no importa lo alejadas que estén una de la otra en el espacio y el tiempo, pueden estar inextricablemente relacionadas de un modo que desafía las reglas de la física clásica.
Considera, por ejemplo, dos partículas situadas en extremos opuestos del Universo. Si están verdaderamente entrelazadas, entonces según la teoría de la mecánica cuántica sus propiedades físicas deben de estar relacionadas de tal modo que cualquier medida realizada sobre una partículas instantáneamente nos da información acerca del resultado de cualquier medida futura en la otra partícula.
Pero esta correlación podría ser también resultado, no del entrelazamiento cuántico, sino de una variable clásica, escondida, que puede influir en la medida que un experimentador elige realizar sobre una partícula entrelazada, haciendo que el resultado parezca correlacionado cuánticamente cuando de hecho no lo está. En la década de 1960, el físico John Bell calculó el límite teórico por encima del cual estas correlaciones deben de tener una explicación cuántica y no clásica.
Ahora un equipo de investigadores ha utilizado cuásares lejanos, uno que emitió su luz hace 7800 millones de años y otro hace 12200 millones de años, para determinar las medidas que serían realizadas en una pareja de fotones entrelazados. Encontraron correlaciones entre más de 30 mil pares de fotones, lo que excede en mucho el límite que Bell calculó para el caso de un mecanismo clásico.