Historia de un agujero negro vagabundo escondido en la Vía Láctea
3/2/2017 de NAOJ Nobeyama Radio Observatory
Analizando el movimiento del gas en una nube cósmica que se desplaza con rapidez extraordinaria en una esquina de la Vía Láctea, los astrónomos han encontrado indicios de la presencia de un agujero negro errante escondido en ella. Este resultado marca el inicio de la búsqueda de agujeros negros silenciosos. Se piensa que existen millones de estos objetos flotando por la Vía Láctea, aunque hasta ahora sólo han sido encontradas unas pocas docenas de ellos.
Es difícil hallar agujeros negros porque son completamente negros. Pero en algunos casos los agujeros negros producen efectos que pueden ser observados. Por ejemplo, si tienen una estrella compañera, el gas que se precipita hacia el agujero negro se acumula a su alrededor y forma un disco. El disco se calienta debido a la enorme atracción gravitatoria del agujero y emite una radiación intensa. Pero si el agujero negro flota solo en el espacio, no se podrá observar ninguna emisión procedente de él.
Un equipo de investigadores, dirigido por Masaya Yamada y Tomoharu Oka ( Keio University), ha utilizado los radiotelescopios ASTE en Chile y Nobeyama en Japón para observar nubes moleculares alrededor del resto de supernova W44, situado a 10 000 años-luz de distancia.Su objetivo inicial era estudiar cuánta energía era transferida desde la explosión de supernova al gas molecular que la rodea, pero casualmente hallaron indicios de la presencia de un agujero negro escondido al borde de W44.
Durante el estudio, el equipo de investigadores encontró una nube molecular compacta cuya velocidad es mayor que 100 km/s, superando la velocidad del sonido en el espacio interestelar por más de dos órdenes de magnitud. Además, esta nube, de dos años-luz de tamaño, se desplaza hacia atrás, en sentido contrario al de la rotación de la galaxia, la Vía Láctea. Los datos de los radiotelescopios indican que la nube posee una energía cinética varias decenas de veces más alta que la inyectada por la supernova de W44. Los dos escenarios propuestos por los investigadores para explicar el fenómeno implican la presencia de un agujero negro, bien estático con 3.5 veces la masa del Sol, o bien desplazándose a alta velocidad y con una masa de 36 veces la del Sol. Con los datos actuales los investigadores no pueden distinguir cuál de los dos es el escenario más probable.