Explican cómo la desintegración radiactiva podría mantener la vida extraterrestre
24/5/2017 de Southwest Research Institute / Astrophysical Journal Letters
En los cuerpos helados de nuestro Sistema Solar, la radiación emitida desde núcleos rocosos podría romper moléculas de agua y alimentar a microbios que comen hidrógeno. Para estudiar esta posibilidad, un equipo de investigadores de la Universidad de Texas y del Southwest Research Institute ha creado un modelo del proceso natural de rotura del agua conocido como radiólisis. Luego aplicaron el modelo a varios mundos en los que se sabe o sospecha que existen océanos interiores, incluyendo la luna Encélado de Saturno, la luna Europa de Júpiter, Plutón y su luna Caronte, así como el planeta enano Ceres.
«Los procesos físicos y químicos que siguen a la radiólisis emiten hidrógeno molecular (H2), que es una molécula de interés astrobiológico», señala Alexis Bouquet. Los isótopos radiactivos de elementos como el uranio, el potasio y el torio se hallan en un tipo de meteoritos rocosos conocidos como condritas. Los núcleos de los mundo estudiados por Bouquet y sus colaboradores se piensa que tienen composiciones similares a las de las condritas. El agua de los océanos que empapa la roca porosa del núcleo estaría expuesta a radiación ionizante y sufriría radiólisis, produciendo hidrógeno molecular y compuestos reactivos de oxígeno.
Bouquet explica que se han encontrado en ambientes extremos de la Tierra comunidades de microbios mantenidas por hidrógeno molecular. Estos incluyen una muestra de agua subterránea hallada a 3 kilómetros de profundidad en una mina de oro de Sudáfrica y en las chimeneas hidrotermales del fondo del océano. Esto ofrece posibilidades interesantes para la hipotética existencia de microbios análogos en superficies en las que entran en contacto agua y roca en mundos océano como Encélado o Europa.
«Sabemos que estos elementos radiactivos existen dentro de cuerpos helados, pero es el primer estudio sistemático en el Sistema Solar que ha considerado la radiólisis. Los resultados sugieren que hay muchos objetivos potenciales para la exploración ahí fuera, y eso es emocionante», comenta el Dr. Danielle Wyrick (SwRI).