Una burbuja interestelar gigante crece en la galaxia de Andrómeda
21/1/2019 de Instituto de Astrofísica de Canarias / Nature
Un equipo internacional de astrofísicos descubre una enorme nebulosa con forma de burbuja que rodea a la nova recurrente “M31N 2008–12a”, ubicada en la galaxia de Andrómeda, la galaxia espiral más cercana a la Vía Láctea. Las novas son estrellas que aumentan su brillo aparente de forma súbita. Se denominaron así porque se creía que eran nuevos astros que aparecían en el cielo. En la actualidad, se sabe que son producidas por estallidos termonucleares en la superficie de enanas blancas que forman parte de sistemas binarios, donde una de las estrellas absorbe la masa de la otra que la acompaña. Cuando este proceso se repite con cierta periodicidad, se denomina nova recurrente.
Con casi 400 años luz de diámetro, y aún en crecimiento, la nebulosa que rodea a “M31N 2008–12a” es mucho mayor que un remanente de nova típico (generalmente alrededor de un año luz) e incluso más grande que la mayoría de los remanentes de supernova. Las observaciones de esta nube de gas y polvo cósmico fueron realizadas con el Telescopio Espacial Hubble (HST, por sus siglas en inglés) y con el Telescopio Liverpool, que se encuentra en el Observatorio del Roque de los Muchachos (ORM), en el municipio palmero de Garafía. La información recopilada por ambos telescopios se apoyó en datos espectroscópicos obtenidos con el Gran Telescopio Canarias (GTC), también en el ORM, y con el Hobby-Eberly Telescope, situado en el Observatorio McDonald de Texas.
«Cada año, esta nova recurrente sufre una erupción termonuclear en la superficie de su enana blanca —explica Matt Darnley, autor principal del trabajo e investigador del Astrophysics Research Institute de la Universidad John Moores de Liverpool (LJMU)—. Estas erupciones son esencialmente bombas de hidrógeno, que expulsan una cantidad de material equivalente a aproximadamente la masa de la Luna en todas las direcciones a velocidades de unos 1.000 kilómetros por segundo. Estas eyecciones de materia actúan como una máquina quitanieves, amontonando el medio interestelar circundante para formar la cáscara que observamos: la ‘piel’ externa de la burbuja, o el ‘súper remanente’, como lo hemos denominado».
Estas nuevas observaciones, junto con avanzadas simulaciones hidrodinámicas llevadas a cabo en la LJMU y la Universidad de Manchester, han revelado que esta enorme cáscara nebular no se nutre de los restos de una única erupción de nova, sino posiblemente de millones de erupciones originadas en el mismo sistema de dos estrellas.