Etiquetado: formación de la Vía Láctea
Utilizando datos recopilados por la misión espacial Gaia de la ESA, un equipo de astrónomos ha demostrado que una parte de la Vía Láctea conocida como el «disco grueso» empezó a formarse hace 13 mil millones de años, unos 2 mil millones de años más pronto de lo esperado, y solo unos 800 millones de años después del Big Bang.
En sus primeros días, la Vía Láctea era como un batido gigantesco, como si miles de millones de estrellas y una enorme cantidad de gas hubieran sido arrojados a una batidora. Pero un estudio nuevo desentraña esta mezcla al analizar estrellas individuales para identificar cuáles se originaron dentro de la galaxia y cuáles empezaron su vida fuera de ella.
Un equipo de investigadores, liderado por Josefina Montalbán (Universidad de Birmingham, UK), ha estudiado alrededor de cien estrellas gigantes rojas y ha logrado determinar que algunas de ellas formaron originalmente parte de una galaxia satélite llamada Gaia-Enceladus, que colisionó con la Vía Láctea al principio de su historia.
El estudio ha descubierto un número importante de estas estrellas en el disco de la Vía Láctea, donde siguen órbitas circulares parecidas a las del Sol, mientras que investigaciones anteriores habían sugerido que se debían de encontrar casi exclusivamente confinadas al halo y bulbo de la Galaxia.
Los resultados indican que a lo largo de su historia, la Vía Láctea devoró otras cinco galaxias con más de 100 millones de estrellas y unas 15 con al menos 10 millones de estrellas. Las más masivas chocaron con la Vía Láctea hace entre 6 mil millones y 11 mil millones de años.
En lugar de formarse sola, nuestra Galaxia se fusionó con otra de gran tamaño en una fase temprana, hace unos diez mil millones de años.
Cinco grupos pequeños de estrellas parecen representar fusiones con galaxias más pequeñas, mientras que una gran acumulación de cientos de estrellas podría ser el resto de un episodio de fusión más importante.
Las atmósferas de miles de estrellas cercanas exhiben huellas de las primeras estrellas masivas del Universo, que explotaron sólo unos pocos millones de años después de nacer.