Etiquetado: evolución del Sistema Solar
Mediante simulaciones informáticas, los científicos de la NASA han reconstruido la historia de cómo el planeta enano Haumea, que se encuentra en el Cinturón de Kuiper más allá de la órbita del planeta más exterior, Neptuno, se convirtió en uno de los objetos más inusuales del sistema solar.
En el sistema solar primitivo, un «disco protoplanetario» de polvo y gas que giraba alrededor del sol acabó por convertirse en los planetas que conocemos hoy en día. Un nuevo análisis de meteoritos antiguos realizado por científicos del MIT y otros centros, sugiere que existió un misterioso hueco en este disco hace unos 4567 millones de años, cerca del lugar donde reside el cinturón de asteroides en la actualidad.
Dado que este sistema es un análogo de nuestro propio sistema solar, sugiere que Júpiter y Saturno podrían sobrevivir a la fase de gigante roja del Sol.
William McDonough (University de Maryland) y Takashi Yoshizaki (Universidad Tohoku) han desarrollado un modelo que demuestra que la densidad, masa y contenido en hierro del núcleo de un planeta rocoso dependen de su distancia al campo magnético del Sol.
El modelo nuevo indica que Júpiter, en su juventud, completaba dos órbitas alrededor del Sol en el tiempo en que Saturno solo completaba una, lo que acabó provocando la estructura planetaria que hoy nos es familiar.
Nuevos modelos del interior de Júpiter basados en datos reunidos por la misión Juno sugieren que el núcleo de este planeta gigante es diluido, no definido.
Investigadores del Southwest Research Institute han estudiado una pareja inusual de asteroides, descubriendo que su existencia apunta a una redistribución temprana de planetas en nuestro Sistema Solar.
Urano fue golpeado por un objeto masivo, de aproximadamente el doble del tamaño de la Tierra, que lo inclinó y que podría explicar sus bajas temperaturas.
El sulfuro de hidrógeno, el gas que proporciona a los huevos podridos su olor característico, permea la alta atmósfera del planeta Urano, según han demostrado definitivamente observaciones espectroscópicas con el telescopio Gemini North.
Una investigación liderada por la Universidad de Portsmouth ha identificado un modo nuevo de mejorar la forman en la que medimos la edad de la evolución planetaria en nuestro Sistema Solar.