Las observaciones del primer paso de un cometa por el Sistema Solar revelan secretos inesperados
Los cometas son nuestra conexión más directa con las fases iniciales de formación y evolución del Sistema Solar
Los cometas son nuestra conexión más directa con las fases iniciales de formación y evolución del Sistema Solar
Un pequeño asteroide descubierto recientemente – o quizás un cometa – parece haberse formado fuera del Sistema Solar y proceder de algún otro lugar de nuestra galaxia.
Un estudio ha analizado datos de la histórica misión Rosetta, desvelando cómo el cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko se formó hace más de 4 500 millones de años.
Los impresionantes chorros de polvo que los cometas emiten al espacio durante su viaje alrededor del Sol no son producidos solamente por la sublimación de agua congelada.
Astrónomos del Observatorio Lowell observaron el cometa 41P/Tuttle-Giacobini-Kresak la primavera pasada y notaron que la velocidad de su giro estaba descendido rápidamente.
Un viajero solitario congelado se ha dirigido durante millones de años hacia el corazón de nuestro sistema planetario.
La sonda espacial Rosetta descubrió una gran cantidad de material orgánico en el núcleo del cometa «Chury». Ahora dos investigadores franceses sostienen la teoría de que esta materia tiene su origen en el espacio interestelar y es anterior al nacimiento del Sistema Solar.
Los científicos han descubierto que hay unas 7 veces más cometas de periodo largo que miden por lo menos 1 kilómetros de diámetro de lo que había sido predicho anteriormente.
Un equipo de investigadores de la Universidad de Florida Central ha estudiado el cometa 174P/Echeclus, llevándose una sorpresa.
Un equipo de investigadores del Centro de Ciencia Planetaria (CPS) ha resuelto finalmente el misterio de la señal «Wow» detectada en 1977. Fue un cometa, anuncian.
Durante los últimos meses varios cometas visibles con binoculares han visitado el Sistema Solar interior, tanto de periodo corto y órbita parabólica como otros con órbitas largas e hiperbólicas.
Una nueva investigación implica que el oxígeno molecular hallado en Rosetta no es necesariamente primordial sino que puede ser producido en tiempo real sobre el cometa.