SOFIA capta el espectáculo de luz cósmica de la formación de estrellas
1/4/2019 de NASA
Cuando nacen las estrellas masivas (muchas veces mayores que nuestro Sol), brillan intensamente y a gran temperatura antes de acabar explotando como supernovas. Emiten tanta energía que pueden afectar a la evolución de las galaxias. Pero, a diferencia de estrellas como nuestro Sol, los astrónomos conocen mucho menos sobre el modo en que se forman estas estrellas enormes.
Para aprender más cosas, los investigadores utilizaron el Observatorio Estratosférico de Astronomía Infrarroja (SOFIA) para estudiar una gigantesca nube celeste llamada W51. Situada a casi 17 000 años-luz y compuesta principalmente por hidrógeno, es el lugar de formación de raras estrellas gigantescas. Pero nacen a gran profundidad en el interior de la nube, invisible a la luz que nuestros ojos pueden ver. Usando el telescopio aéreo SOFIA y su cámara sensible a los infrarrojos, los investigadores pudieron inspeccionar el interior de esta nube densa y captar el espectáculo de luz cósmico ofrecido por las estrellas en formación, incluyendo muchas que nunca antes habían sido vistas.
Combinando estos datos con otros obtenidos con el telescopio espacial Spitzer de NASA y el Observatorio Espacial Herschel de ESA, los astrónomos descubrieron que, aunque todas las estrellas son jóvenes, algunas están más evolucionadas y otras son las más jóvenes, las que han sido creadas más recientemente en la nube. Una podría ser excepcionalmente grande, estimándose que posee el equivalente a 100 soles. Si las observaciones futuras confirman que se trata efectivamente de una sola estrella individual y no de múltiples estrellas hermanas en grupo, se trataría de una de las más masivas que se están formando en nuestra galaxia.
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