Sentinel-3 vuela en tándem
21/6/2018 de ESA
La clave para vigilar los cambios en el medio ambiente terrestre y garantizar un flujo de datos satelitales constante para mejorar nuestra vida diaria es realizar las mismas mediciones durante décadas. Pero ¿cómo podemos asegurarnos de que los sucesivos satélites, por mucho que constructivamente sean idénticos, ofrezcan mediciones comparables?
En el caso de la misión Sentinel-3 de Copernicus, la respuesta es una serie de ingeniosos vuelos orbitales. Sentinel-3 es una misión de dos satélites que ofrece cobertura y datos al programa europeo de vigilancia medioambiental Copernicus.
Sentinel-3A, lanzado en 2016, ha estado midiendo los océanos, la tierra, el hielo y la atmósfera para vigilar y comprender las dinámicas globales a gran escala, ofrecer información crítica para operaciones marítimas y mucho más. Su gemelo, Sentinel-3B, fue lanzado en abril de 2018, y sus instrumentos se están calibrando antes de su puesta en servicio. Una vez que esté operativo, los dos satélites circunvalarán nuestro planeta a una distancia de 140° entre sí.
No obstante, en estos momentos los dos satélites están mucho más juntos, a tan solo 30 segundos de distancia. Dado que vuelan a 7,4 km por segundo, esta separación equivale a 223 km. Esto permite comparar el funcionamiento de sus instrumentos.
Aunque los dos satélites Sentinel-3 son idénticos, con un altímetro radar, un radiómetro y un espectrómetro de imágenes cada uno, hay una mínima probabilidad de que presenten un comportamiento ligeramente distinto. Así, es importante que se identifique cualquier pequeña diferencia, pues de lo contrario los datos proporcionados podrían malinterpretarse como cambios en la superficie de la Tierra.