Primera prueba de un propulsor eléctrico que respira aire
7/3/2018 de ESA
Por primera vez en el mundo, un equipo dirigido por ESA ha construido y probado un propulsor eléctrico que ingiere como combustible unas pocas moléculas de aire de la parte alta de la atmósfera, abriendo el camino a la fabricación de satélites que podrán volar en órbitas muy bajas durante años sin fin.
El satélite que crea mapas de gravedad GOCE de ESA voló a sólo 250 km de altura durante más de cinco años gracias a un propulsor eléctrico que compensaba continuamente el arrastre del aire. Sin embargo, su vida útil se vio limitada por los 40 kg de xenón que transportaba como combustible; una vez se agotó, la misión acabó.
Sustituyendo el combustible con moléculas de la atmósfera se crearía una nueva clase de satélites que serían capaces de operar en órbitas muy bajas durante periodos largos. También podrían ser empleados en las partes superiores de las atmósferas de otros planetas, usando el dióxido de carbono en Marte, por ejemplo.
La compañía Sitael en Italia ha desarrollado uno de estos propulsores completo. En las pruebas dentro de una cámara de vacío, un ‘generador de flujo de partículas’ proporcionó las moléculas entrantes de alta velocidad que fueron recolectadas por el propulsor. No lleva válvulas ni partes complejas, todo funciona en base a un sistema sencillo y pasivo. Todo lo que se necesita es electricidad para alimentar las bobinas y electrodos, creando un sistema extremadamente robusto de compensación del arrastre del aire. Las moléculas recogidas son electrificadas para poder acelerarlas y expulsadas, proporcionando el impulso.