Pinturas, manchas solares y ferias de la escarcha: revisando la Pequeña Edad de Hielo.
6/4/2017 de Royal Astronomical Society / Astronomy & Geophysics (A&G)
El concepto entero de la «Pequeña Edad de Hielo» es engañoso ya que los cambios se produjeron a pequeña escala, fueron estacionales e insignificantes comparados con el calentamiento global actual, argumenta un grupo de científicos solares y climáticos. Las explicaciones para el enfriamiento del clima de la Tierra, se que cree que tuvo lugar entre los siglos XVI y XIX, incluyen una actividad solar baja, erupciones volcánicas, cambios humanos en el uso del suelo y un cambio climático natural.
Pero en un nuevo artículo científico, el profesor Mike Lockwood (Universidad de Reading) y sus colaboradores señalan que el cambio de temperatura fue menor que el observado en décadas recientes como resultado de la emisión de gases de efecto invernadero, y aunque la actividad solar puede haber sido uno de los factores principales, ciertamente no ha sido el único. El profesor Lockwood explica: «Los periodistas con frecuencia se refieren a la Pequeña Edad de Hielo en discusiones sobre el cambio climático. Queríamos realizar un estudio completo para ver lo fiables que son las pruebas de que el clima fue más frío, el impacto que tuvo realmente y la solidez de las pruebas de que la causa fue el Sol».
Los investigadores examinaron registros históricos, como crónicas de «ferias de la escarcha» cuando se congeló el río Támesis, y observaron las pinturas de la época, como los paisajes de Pieter Bruegel el Viejo con «Los cazadores en la nieve» describiendo una fría escena de invierno. Ambos suelen citarse en favor del concepto de la Pequeña Edad de Hielo. Alrededor de 1650-1710, y en menor grado entre 1790-1825, periodos respectivamente conocidos como los mínimos de Maunder y de Dalton, los números de manchas solares eran inusualmente bajos, una indicación de que la superficie del Sol era ligeramente más fría. Esta influencia externa a menudo se sugiere como la explicación de las condiciones más frías.
Los investigadores han examinado ahora varias pruebas con más detalle. Han comparado registros directos de temperatura y datos relacionados como registros de hielo, cuando el Támesis se congeló, y las indicaciones de la actividad solar. Los científicos concluyen que el nombre de Pequeña Edad de Hielo es engañoso ya que las temperaturas en ese periodo cayeron mucho menos que en una glaciación. La temperatura en el hemisferio norte cayó alrededor de 0.5 grados, mientras que en la glaciación más reciente, que acabó hace 12 000 años, las temperaturas globales fueron típicamente 8 grados Celsius por debajo de la temperatura actual. El final de las ferias de la escarcha no tuvo nada que ver con el cambio climático o la actividad solar, sino con el aumento en el caudal del río cuando el Puente de Londres original fue demolido en 1825 y se abrió el primer embarcadero de Victoria en 1870. Ambos impidieron que el río se volviera a congelar por completo, a pesar de que hubo muchos inviernos fríos después. Además, en 1701, cerca del punto mínimo de la Pequeña Edad de Hielo, tanto en París como en Londres se registraron veranos «insoportablemente cálidos» y el mes de julio de ese año fue el décimo más cálido del que se tiene registro. El mes de junio de 1676 fue el segundo más cálido, a pesar de encontrarse en medio de una serie de inviernos fríos.
El profesor Lockwood comenta: «Este estudio aporta poca tranquilidad para el futuro, en el que nos enfrentamos al problema del calentamiento global. La actividad solar parece estar declinando ahora, pero cualquier efecto de enfriamiento que produzca será más que compensado por el efecto del aumento en las emisiones de dióxido de carbono y no nos permite ninguna excusa para no actuar».