Ondas planetarias, descubiertas primero en la Tierra y ahora en el Sol
29/3/2017 de NCAR UCAR / Nature Astronomy
El mismo tipo de ondas planetarias de gran escala que merodean por la atmósfera a gran altura de la superficie de la Tierra puede que exista también en el Sol, según un nuevo estudio. Al igual que las ondas de gran escala que se forman en la Tierra, conocidas como ondas de Rossby, influyen en los patrones meteorológicos locales, las ondas descubiertas en el Sol pueden estar íntimamente relacionadas con la actividad solar, incluyendo la formación de manchas solares, regiones activas y la erupción de fulguraciones solares.
«El descubrimiento de ondas de Rossby magnetizadas en el Sol ofrece la emocionante posibilidad de que podamos predecir la meteorología espacial con mucha más antelación», afirma Scott McIntosh (NCAR).
En la Tierra, las ondas de Rossby están asociadas con la trayectoria de las corrientes en chorro y la formación de sistemas de altas y bajas presiones, que a su vez influyen sobre los fenómenos meteorológicos locales. Las ondas se forman en fluidos giratorios, como la atmósfera y los océanos. Dado que el Sol también está girando y debido a que está formado en gran parte por plasma que actúa, en cierto sentido, como un gran océano magnetizado, la existencia de ondas como las de Rossby no debería de ser un sorpresa, comenta McIntosh.
Pero los científicos carecían de las herramientas necesarias para observar este patrón de ondas hasta hace poco. A diferencia de la Tierra, que es escrutada desde numerosos ángulos por satélites en el espacio, los científicos históricamente sólo han podido estudiar el Sol desde un punto de vista: tal como se le ve desde la Tierra. Pero por un breve periodo de tiempo, entre 2011 y 2014, los científicos disfrutaron de la oportunidad sin precedentes de ver la atmósfera entera del Sol toda de una vez. Durante ese periodo de tiempo, las observaciones del satélite Solar Dynamics Observatory (SDO), que se encuentra entre el Sol y la Tierra, fueron complementadas con medidas de la misión STEREO (Solar TErrestrial RElations Observatory), que incluía dos naves en órbita alrededor del Sol. De forma conjunta, los tres observatorios proporcionaron una imagen en 360 grados del Sol, hasta que se perdió el contacto con una de las naves STEREO en 2014. McIntosh y sus colaboradores estudiaron los datos obtenidos durante este periodo para ver si podían emerger patrones de ondas de gran escala.
El descubrimiento puede tener relación con varios fenómenos solares que están también controlados por el campo magnético del Sol, incluyendo la formación de manchas solares, sus tiempos de vida y el origen del ciclo solar de 11 años. «Es posible que esté todo relacionado, pero necesitamos tener una perspectiva global para verlo», explica McIntosh. «Creemos que la gente ha estado observando los impactos de estas ondas del tipo de Rossby durante décadas, pero no han sido capaces de reunir la imagen completa». Con una nueva concepción de como puede ser realmente la imagen global, los científicos podrían estar un paso más cerca de predecir el comportamiento del Sol.