Los exoplanetas más jóvenes son candidatos mejores cuando buscamos otras Tierras
4/5/2022 de Southwest Research Institute / The Astrophysical Journal Letters
Un equipo de astrónomos, dirigido por el Southwest Research Institute (USA) sugiere que los exoplanetas rocosos más jóvenes es más probable que mantengan climas suaves como el de la Tierra.
Para que el clima de un planeta mantenga una buena temperatura es necesario que tenga calor suficiente como para alimentar un ciclo del carbono a escala planetaria. Una fuente clave de esta energía es la desintegración de isótopos radioactivos de uranio, torio y potasio. Esta fuente de calor puede causar convección en el manto del exoplaneta, un movimiento lento de la región que hay entre el núcleo y la corteza y que provoca actividad volcánica en la superficie. La emisión de gases por los volcanes es una fuente primaria de CO2 en la atmósfera, lo que contribuye a mantener caliente el planeta. Sin la emisión de los gases del manto es poco probable que logre mantener climas suaves y habitables como el de la Tierra.
«Sabemos que estos elementos radioactivos son necesarios para regular el clima, pero no sabemos durante cuánto tiempo lo pueden hacer, porque se van agotando», explica el Dr. Cayman Unterborn. «Además, los elementos radiactivos no se encuentran distribuidos uniformemente por la Galaxia y, a medida que envejecen, los planetas pueden agotar su calor y la emisión de gases cesará».
Los investigadores han calculado el tiempo que un exoplaneta podría mantener un clima suave antes de agotar su fuente radiactiva de calor. «Bajo las condiciones más pesimistas, estimamos que esta edad crítica es alrededor de los 2 mil millones de años para un planeta con la masa de la Tierra, llegando hasta los 5000 – 6000 millones de años para planetas de masa más alta, bajo condiciones más optimistas. Para los pocos planetas de los que disponemos de su edad, encontramos que solo unos pocos serían suficientemente jóvenes para que pudiéramos afirmar que tienen emisiones de gas de carbono hoy en día, cuando los observemos, por ejemplo, con el telescopio James Webb», concluye Unterborn.
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