Los choques entre galaxias alimentan a los cuásares
19/6/2015 de Yale University / The Astrophysical Journal
Ilustración de artista de dos galaxias chocando. Esta colisión proporciona el combustible necesario para alimentar al agujero negro central supermasivo de los cuásares. Crédito: Michael S. Helfenbein.
Cuando las galaxias chocan, cosas brillantes ocurren en el cielo. Empleando la visión infrarroja del telescopio espacial Hubble, los astrónomos han desvelado parte de los previamente escondidos orígenes de los cuásares, los objetos más brillantes del universo. Un nuevo estudio ha descubierto que los cuásares nacen cuando las galaxias chocan unas contra otras y alimentan a los agujeros negros supermasivos centrales.
«Las imágenes del Hubble confirman que los cuásares más luminosos del universo son resultado de violentas fusiones entre galaxias, que alimentan el crecimiento del agujero negro y transforman a las galaxias que los albergan», afirma Megan C. Urry, coautora del estudio. «Estas fusiones son también el lugar de futuras fusiones de agujeros negros, que esperamos que un día sean visibles con los telescopios de ondas gravitatorias», comenta Urry.
Los cuásares emiten luz tan brillante como la de un billón de estrellas. En las dos últimas décadas, los investigadores han concluido que la energía de los cuásares procede de agujeros negros supermasivos situados en el interior de los núcleos de galaxias lejanas.
¿Pero de dónde consiguen su combustible los agujeros negros supermasivos? Se había teorizado que esta energía podría proceder de la fusión de dos galaxias. El nuevo estudio lo confirma, haciendo uso de la sensibilidad del Hubble a las longitudes de onda de luz infrarroja para ver más allá del intenso resplandor del cuásar, hasta las propias galaxias que los albergan.
«Las observaciones del Hubble nos están indicando que el pico de la actividad de los cuásares en el universo primitivo está controlado por galaxias que chocan y se fusionan entre sí», afirma Eilat Glikman del Middlebury College en Vermont. «Estamos viendo los cuásares en su adolescencia, cuando crecían rápidamente y desordenados».