Las naves Voyager de NASA siguen viajando hacia las estrellas
1/8/2017 de JPL
Las naves espaciales de la humanidad que más lejos han llegado y más han durado, las Voyager 1 y 2, alcanzan 40 años de funcionamiento y exploración estos meses de agosto y septiembre. A pesar de lo lejos que se encuentran, continúan comunicándose a diario con NASA, todavía estudiando la frontera final.
Su historia no sólo ha influido en generaciones de científicos actuales y futuros, sino también en la cultura de la Tierra, incluyendo películas, arte y música. Cada nave transporta un disco de oro con sonidos, imágenes y mensajes de la Tierra. Dado que las naves pueden durar miles de millones de años, estas cápsulas circulares del tiempo podrían ser un día las únicas trazas de la civilización humana.
Las Voyager han establecido numerosos récords en sus viajes sin parangón. En 2012, Voyager 1, que fue lanzada el 5 de septiembre de 1977, se convirtió en la única nave espacial que haya penetrado en el espacio interestelar. Voyager 2, lanzada el 20 de agosto de 1977, es la única nave que ha pasado por los cuatro planetas exteriores – Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno. Sus numerosos encuentros planetarios incluyen el descubrimiento de los primeros volcanes activos fuera de la Tierra, en la luna Io de Júpiter; indicios de un océano subterráneo en la luna Europa de Júpiter; la atmósfera más parecida a la de la Tierra en el Sistema Solar, en la luna Titán de Saturno; la luna desastrada y helada Miranda de Urano; y los géiseres helados de la luna Tritón de Neptuno.
Voyager 1, ahora a casi 21 mil millones de kilómetros de la Tierra, viaja por el espacio interestelar saliendo en dirección norte del plano de los planetas. La sonda ha informado a los investigadores de que los rayos cósmicos (núcleos atómicos acelerados hasta casi la velocidad de la luz) son hasta cuatro veces más abundantes en el espacio interestelar que en las proximidades de la Tierra. Voyager 2, ahora a casi 18 mil millones de kilómetros de la Tierra, viaja hacia el sur y se espera que penetre en el espacio interestelar en los próximos años. Las posiciones diferentes de las dos Voyager permiten a los científicos comparar dos regiones distintas del espacio donde la heliosfera interactúa con el medio interestelar que la rodea utilizando instrumentos que miden partículas cargadas, campos magnéticos, ondas de radio de frecuencia baja y el plasma del viento solar. Una vez Voyager 2 cruce al medio interestelar, también podrán estudiarlo desde dos posiciones distintas simultáneamente.