La señal más potente de ondas gravitatorias, ¿podría ser algo diferente de lo que parecía inicialmente?
19/4/2021 de AAS NOVA / The Astrophysical Journal Letters
En mayo de 2019, la colisión de dos agujeros negros alteró el espacio tiempo, quedando registrada en los detectores de ondas gravitacionales LIGO y Virgo. El análisis inicial de GW190521 sugirió que los objetos implicados en esta colisión cósmica eran de 85 y 66 veces la masa de nuestro Sol y que formaron un agujero negro final de unas 142 masas solares, un resultado inesperadamente masivo que cae en la categoría esquiva de los agujeros negros de masa intermedia.
Pero GW190521 sorprendió también por otro motivo: las masas estimadas de los dos agujeros negros que se fusionaban se encontraban entre las 65 y las 120 masas solares. Los agujeros negros nacidos del colapso de estrellas no pueden tener masas dentro de este rango, según lo que sabemos actualmente acerca de los procesos de evolución estelar.
Ahora, los científicos Alexander Nitz y Collin Capano (Instituto Max Planck Institute de Física Gravitatoria y de la Universidad Leibniz de Hannover, Alemania) han vuelto a analizar la señal de GW190521. Sus resultados apuntan a que los agujeros negros involucrados tendrían 16 y 170 masas solares. Si se confirma, sería la primera vez que se detecta una fusión entre dos agujeros negros en los que uno es sustancialmente mayor que el otro.
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