La misión Swift de NASA crea un mapa de la «espiral de la muerte» de una estrella que se precipita al interior de un agujero negro
21/3/2017 de NASA
Hace unos 290 millones de años, una estrella muy parecida al Sol ser acercó demasiado al agujero negro central de su galaxia. Mareas intensas rompieron la estrella, lo que produjo una erupción de luz óptica, ultravioleta y en rayos X que llegó a la Tierra en 2014. Ahora, un equipo de científicos, utilizando observaciones del satélite Swift de NASA, ha estudiado cómo y dónde se originó esta luz de diferentes longitudes de onda, mientras los escombros de la estrella rodeaban el agujero negro.
«Hemos descubierto cambios en el brillo de los rayos X que se produjeron un mes después de que se observaran cambios parecidos en luz visible y del ultravioleta», explica Dheeraj Pasham (Massachusetts Institute of Technology). «Pensamos que esto significa que las misiones óptica y ultravioleta se originaron lejos del agujero negro, donde estelas con forma elíptica de la materia que estaba en órbita chocaron entre sí».
La explosión, llamada ASASSN-14li, se produjo cuando una estrella similar al Sol pasó demasiado cerca de un agujero negro con la masa de 3 millones de soles, parecido al que hay en el centro de nuestra galaxia. Por comparar, el horizonte de sucesos de un agujero negro como ése es unas 13 veces mayor que el Sol, y el disco de acreción formado por la estrella destruida podría extenderse a más del doble de la distancia de la Tierra al Sol.
Cuando una estrella pasa demasiado cerca de un agujero negro con 10 000 o más veces la masa del Sol, las fuerzas de marea superan la fuerza de gravedad de la propia estrella, convirtiéndola en una estela de escombros. La materia que se precipita hacia el agujero negro se reúne en un disco de acreción giratorio, donde se comprime y calienta antes de acabar vertiéndose al interior del horizonte de sucesos del agujero negro, el punto más allá del cual nada puede escapar y que los astrónomos no pueden observar. Las explosiones de los episodios de destrucción por fuerzas de marea contienen información importante acerca de cómo se distribuyen inicialmente estos escombros en el disco de acreción. Las interacciones entre estos escombros pueden producir las emisiones en el óptico y el ultravioleta que se han observado.