La imagen de una gigante roja ofrece una visión sorprendente del futuro del Sol
8/11/2017 de Chalmers University of Technology / Nature Astronomy
Un equipo de astrónomos ha observado por primera vez detalles en la superficie de una estrella vieja con la misma masa que el Sol. Las imágenes de ALMA muestran que la estrella es una gigante, su diámetro es el doble de la órbita de la Tierra alrededor del Sol, y también que la atmósfera de la estrella está afectada por potentes ondas de choque inesperadas.
El equipo de astrónomos, dirigido por Wouter Vlemmings (Chalmers University of Technology) tomó imágenes con ALMA de la gigante roja W Hydrae, a 320 años-luz de distancia en la constelación de la Hidra, la serpiente de agua. W Hydrae es un ejemplo de estrella de la rama asintótica gigante. Dichas estrellas son frías, brillantes, viejas y pierden masa por medio de vientos estelares. El nombre deriva de su posición en el famoso diagrama de Hertzsprung-Russell que clasifica las estrellas según su brillo y temperatura.
Las estrellas como el Sol evolucionan a lo largo de miles de millones de años. Cuando alcanzan la vejez, se hinchan y crecen, enfriándose y perdiendo masa con facilidad por sus vientos estelares. Las imágenes de ALMA han proporcionado la visión más clara hasta la fecha de la superficie de una gigante roja con masa similar a la del Sol. Imágenes anteriores habían mostrado detalles de las superficie de estrellas mucho más masivas, supegigantes rojas como Betelgeuse y Antares.
La presencia de una mancha brillante y compacta inesperada proporciona evidencias de que la estrella posee gas sorprendentemente caliente en una capa situada sobre la superficie de la estrella: la cromosfera. «Nuestras medidas de la mancha brillante sugieren que existen potentes ondas de choque en la atmósfera de la estrella que alcanza temperaturas más altas de las predichas por nuestros modelos teóricos actuales para estrellas de la rama asintótica gigante», explica Theo Khouri (Chalmers University of Technology). Un posibilidad alternativa, menos sorprendente, es que la estrella haya producido una fulguración gigante cuando se estaban realizando las observaciones.