¿Fragmentos de asteroides alrededor de una lejana estrella enana blanca?
8/2/2016 de Phys.org
En esta ilustración de artista un diminuto objeto rocoso es vaporizado mientras se encuentra en órbita alrededor de una estrella enana blanca. Lentamente el objeto se desintegrará, dejando un polvo de metales sobre la superficie de la estrella. Crédito: CfA/Mark A. Garlick.
WD 1145+017, una estrella blanca situada a 570 años luz de la Tierra, captó el año pasado la atención de los astrónomos cuando se descubrieron pruebas de que un objeto rocoso en órbita a su alrededor estaba siendo destruido. Ahora un equipo de astrónomos, dirigido por Saul Rappaport del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) desvela pruebas de que el misterioso objeto es un asteroide y que sus fragmentos están flotando alrededor de este denso resto estelar.
Rappaport, junto con un equipo internacional de investigadores, detectó cambios en el brillo de WD 1145+017 utilizando la misión Kepler K2 de NASA. Su investigación determinó que debe de haber algo pasando por delante de esta enana blanca. Cuatro observatorios privados operados por astrónomos aficionados con telescopios de tamaño modesto con aperturas entre los 20 cm y los 80 cm, fueron empleados con la intención de descubrir más detalles en relación con WD 1145+017 y sus alrededores.
Los investigadores anunciaron la detección de 237 tránsitos, manifestados en caídas importantes del flujo de luz de la estrella. Estas caídas son probablemente efecto del oscurecimiento por polvo de cuerpos en órbita alrededor de la enana blanca. Los científicos consiguieron observar de seis a diez caídas por órbita. «Se observaron unas 237 disminuciones de flujo significativas durante 192 horas de exposición…encontramos unas 15 caídas que se repetían de una noche a la siguiente y que típicamente duraban unas cuantas semanas», según escriben los investigadores en un artículo de investigación.
El objeto está siendo desgarrado por la intensa gravedad de la estrella y está en proceso de ser vaporizado por su radiación. El equipo de Rappaport argumenta que «hay un cuerpo grande, duradero, en una órbita de 4.5 horas (el asteroide), que pierde fragmentos de materia que son una fracción diminuta de su masa total y que se desplazan de forma natural a órbitas de periodos un poco más cortos».