Hay más en la vida que la zona habitable
14/7/2017 de CfA / International Journal of Astrobiology / The Astrophysical Journal Letters
Dos equipos distintos de científicos han identificado problemas importantes para el desarrollo de la vida en el que recientemente se ha convertido en el más famosos de los sistemas de exoplanetas, TRAPPIST-1. Los equipos, ambos dirigidos por investigadores del CfA (Harvard-Smithsonian Center for Astrophysics) afirman que el comportamiento de la estrella en el sistema de TRAPPIST-1 hace mucho menos probable de lo que se pensaba que los planetas que están allí puedan albergar vida.
La estrella de TRAPPIST-1 es una enana roja, mucho más débil y menos masiva que el Sol. Gira rápidamente y genera llamaradas energéticas de radiación ultravioleta.
El primer equipo, constituido por Manasvi Lingam y Avi Loeb, consideró muchos factores que podrían afectar a las condiciones en la superficie de los planetas que se encuentran en órbita alrededor de enanas rojas. En particular, tres de los planetas del sistema de TRAPPIST-1 se encuentran dentro de la zona de habitabilidad. «El concepto de zona de habitabilidad está basado en que los planetas se encuentren en órbitas donde pueda existir agua líquida», explica Lingam. Pero, «debido a la agresión por parte de la radiación de la estrella, nuestros resultados sugieren que la atmósfera de los planetas del sistema TRAPPIST-1 quedaría casi totalmente destruida», comenta Loeb. «Esto perjudicaría a las posibilidades de que se formara vida o de que persistiera».
En un estudio separado, otro equipo de astrónomos ha descubierto que la estrella de TRAPPIST-1 supone otra amenaza más para la vida en los planetas que la rodean. Como el Sol, la enana roja de TRAPPIST-1 está enviando al espacia un flujo de partículas. Sin embargo, la presión de este viento sobre sus planetas es entre 1000 y 100 000 veces mayor que la del viento solar sobre la Tierra. Esto desprendería parte de la atmósfera de los planetas o podría incluso vaporizarla completamente.