GW190425: la fusión de un sistema binario de objetos compactos con una masa total de alrededor 3,4 masas solares
7/1/2020 de Ligo Scientific Collaboration
Ayer 6 de enero de 2020, la Colaboración Científica LIGO y la Colaboración Virgo anunciaron el evento GW190425, la primera detección de ondas gravitacionales del tercer período de observación, O3.
El 25 de abril de 2019 la red de detectores de ondas gravitacionales (GW, por sus siglas en inglés) formada por los dos detectores Advanced LIGO, en EEUU, y el detector europeo Advanced Virgo, en Italia, detectaron una señal, etiquetada como GW190425. Esta es la segunda observación de una onda gravitacional consistente con la fusión de un sistema binario de estrellas de neutrones (BNS, por sus siglas en inglés) tras la señal GW170817. GW190425 fue detectada a las 08:18:05 UTC (tiempo coordinado universal); aproximadamente 40 minutos después, la Colaboración Científica LIGO y la Colaboración Virgo enviaron una alerta para poner en marcha las observaciones de seguimiento por parte de otros telescopios.
“Hemos detectado un segundo evento consistente con un BNS y esto es una confirmación importante para GW170817, el evento que dio inicio a la astronomía de multi-mensajeros hace dos años. La masa total es mayor que la de cualquier BNS conocido, y esto tiene implicaciones astrofísicas interesantes sobre la formación de este sistema”, comenta Jo van den Brand, portavoz de la Colaboración Virgo y profesor en la Universidad de Maastricht, Nikhef y la VU University Amsterdam en los Países Bajos. “Lo que es sorprendente es que la masa combinada de este sistema binario es mucho mayor que la esperada”, añade Ben Farr, un miembro del equipo de LIGO de la Universidad de Oregon, en EEUU.
Se estima que la fuente de GW190425 está a una distancia de 500 millones de años-luz de la Tierra. Está localizada en el cielo en un área unas 300 veces mayor que la proporcionada para el BNS observado por LIGO y Virgo en 2017, la famosa GW170817. Esto se debe a que la señal GW190425 fue detectada únicamente con una relación señal- ruido elevada por LIGO-Livingston. En ese instante, el detector LIGO-Hanford estaba temporalmente no operativo, mientras que la señal reconstruida en Virgo era débil, debido a la diferencia en sensibilidad con respecto a LIGO-Livingston, y también por la probable dirección de origen de la señal, una región del cielo en la que Virgo tiene menos sensibilidad en el momento de recepción de la señal. Esta menor precisión en la localización en el cielo hace muy complicado buscar contrapartidas (señales electromagnéticas, neutrinos o partículas cargadas). De hecho, a diferencia de GW170817, no se ha encontrado ninguna contrapartida hasta la fecha. Sin embargo, los datos de Virgo han sido usados posteriormente para mejorar la caracterización del sistema astrofísico.
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