Determinan la historia evolutiva de la Vía Láctea más detallada hasta la fecha
26/5/2020 de Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) / Nature Astronomy
Gracias a datos de la misión Gaia, de la Agencia Espacial Europea (ESA), un equipo internacional liderado por investigadores del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) ha presentado un estudio que desvela el papel crucial de la galaxia enana de Sagitario en la evolución de nuestra galaxia. Estos resultados, publicados en la revista Nature Astronomy, señalan también que el Sol podría incluso haberse formado a raíz de una de las interacciones de esta galaxia vecina con la Vía Láctea.
Combinando medidas de brillo y distancia, astrónomos del IAC han determinado la luz que emiten intrínsecamente 24 millones de estrellas dentro de una esfera de 6.500 años-luz alrededor de nuestro Sol. Mediante la comparación de sus brillos y colores con modelos estelares precisos han podido determinar la historia evolutiva de la Vía Láctea más detallada hasta la fecha.
Sin embargo, superpuesto a este simple comportamiento, se sucedieron drásticos episodios de formación estelar, durante los que se llegó a cuadruplicar el ritmo habitual. El primero tuvo lugar hace unos 5000 o 6.000 millones de años, seguido por otros hace 2.000, 1.000 y 100 millones de años. Pero no se sabía qué podía provocar estos eventos tan violentos en un sistema tan masivo como nuestra galaxia.
Entre las galaxias enanas próximas a la Vía Láctea, destaca la de Sagitario, que actualmente se encuentra en plena interacción con nuestra galaxia. Pero esto no sólo está pasando ahora, complejas simulaciones sugieren que ya hace unos 5.000 o 6.000 millones de años Sagitario experimentó el primer acercamiento a la Vía Láctea. Este acercamiento se repitió hace 2.000 y 1.000 millones de años, coincidiendo precisamente con los eventos de formación estelar desvelados por este estudio (así como en la propia Sagitario). “Todo indica –explica Carme Gallart, investigadora del IAC y miembro del equipo- que estos acercamientos e interacciones entre ambos sistemas han sido capaces de espolear la formación de nuevas estrellas en nuestra galaxia, afectando drásticamente a su evolución. Estos resultados cuestionan modelos actuales de formación estelar en galaxias y plantean límites a estudios teóricos futuros.”
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