Desvelando el campo magnético de la Tierra
29/3/2017 de ESA
El campo magnético de la Tierra puede imaginarse como una enorme envoltura que nos protege de la radiación cósmica y de las partículas cargadas que bombardean nuestro planeta en el viento solar. Sin ella, la vida tal como la conocemos no existiría. La mayor parte del campo es generada a profundidades de más de 3000 kilómetros por el movimiento del hierro fundido en el núcleo externo. El 6 % restante se debe parcialmente a corrientes eléctricas en el espacio que rodea a la Tierra, y en parte a rocas magnetizadas de la litosfera superior, la parte rígida de la Tierra que consiste en la corteza y el manto superior.
Aunque este «campo magnético litosférico» es muy débil y, por tanto, difícil de detectar desde el espacio, el trío de satélites Swarm es capaz de crear un mapa de sus señales magnéticas. Después de tres años tomando datos, se ha publicado el mapa de mayor resolución de este campo magnético realizado desde el espacio. «Combinando medidas de Swarm con datos históricos del satélite alemán CHAMP, y empleando una nueva técnica de creación de modelos, ha sido posible extraer las débiles señales magnéticas de la magnetización de la corteza», explica Nils Olsen (Universidad Técnica de Dinamarca).
Este mapa nuevo muestra variaciones detalladas del campo con mayor precisión que reconstrucciones anteriores basadas en datos de satélites, causadas por estructuras geológicas en la corteza de la Tierra. Una de estas anomalías se produce en la República Centroafricana, con centro alrededor de la ciudad de Bangui, donde el campo magnético es significativamente más definido e intenso. La causa de esta anomalía es todavía desconocida, pero algunos científicos especulan que puede ser el resultado del impacto de un meteorito hace más de 540 millones de años.
El campo magnético se halla en un estado permanente de flujo. El norte magnético cambia, y cada pocos cientos de miles de años la polaridad se invierte de modo que una brújula apuntaría al sur en lugar de al norte. Cuando se crea corteza nueva debido a la actividad volcánica, principalmente en el suelo del océano, los minerales ricos en hierro del magma en proceso de solidificación están orientados hacia el norte magnético, creando así una «instantánea» del campo magnético en el estado en que se encontraba cuando se enfriaron las rocas. Dado que los polos magnéticos se han intercambiado varias veces a lo largo de la historia, los minerales solidificados forman «bandas» en el suelo marino y proporcionan un registro de la historia magnética de la Tierra.