31/3/2020 de Centro de Astrobiología (CAB, CSIC-INTA) / Frontiers in Microbiology
Ojos de Campo, Salar de Antofalla, en el altiplano andino de Argentina. Crédito: Luis Ahumada.
Un equipo científico, liderado por el Centro de Astrobiología (CAB, CSIC-INTA), ha descubierto cinco nuevos genes de resistencia a radiación ultravioleta y a percloratos procedentes de microorganismos expuestos a elevadas dosis de radiación. Para ello, los investigadores han analizado muestras ambientales de lagunas hipersalinas del altiplano andino de Argentina y de las salinas de Es Trenc, en Mallorca. Este hallazgo ayudará a comprender mejor cómo la vida se adapta a ambientes extremos en nuestro planeta y si podría ocurrir en otros planetas o lunas heladas del Sistema Solar.
El reciente estudio, liderado por el Centro de Astrobiología, ha identificado cinco nuevos genes implicados en resistencia a esta radiación ultravioleta. Para ello, los investigadores seleccionaron muestras ambientales de microorganismos que habitan en las lagunas hipersalinas del altiplano andino de Argentina, como Lago Seco, a 3.200 m sobre el nivel del mar, y Laguna Diamante, a 4.589 m. También se estudiaron las Salinas de Es Trenc, en Mallorca, las cuales, a pesar de encontrarse al nivel del mar, albergan microorganismos que resisten a altas dosis de radiación.
Tal y como se recoge en el estudio, publicado en la revista
Frontiers in Microbiology, los investigadores han descubierto cinco genes que confieren resistencia a radiación UV y también a perclorato. Además, “también presentan una resistencia al compuesto nitroquinolina, que imita el efecto de la radiación en el ADN”
,comenta Eduardo González Pastor, investigador del Centro de Astrobiología y autor principal del estudio. “La resistencia a este compuesto indica que los genes identificados podrían estar implicados en la reparación y/o protección del daño en el ADN causado por la radiación UV y por el perclorato”, añade.
En exploración planetaria, este estudio podría servir para sentar las bases de la generación de plantas y microorganismos, necesarios para sistemas de soporte de la vida fuera de nuestro planeta, que fueran más resistentes a la radiación, uno de los principales problemas del espacio y de planetas como Marte.
Por otra parte, en el Planeta Rojo se ha identificado la presencia de sales de perclorato en los suelos. “El perclorato es un agente oxidante y muy tóxico, lo que limitaría el empleo de los suelos de Marte como sustratos para cultivos”, explica González Pastor. “En este trabajo se identifican por primera vez genes relacionados con la resistencia a perclorato, por lo que, empleando estos genes, se podrían modificar plantas para que fuesen más resistentes a perclorato, y también microorganismos promotores del crecimiento de plantas, que favorecerían su desarrollo en estos suelos”, añade.