Confirman la existencia de un nuevo fenómeno eléctrico en la atmósfera: destellos azules producidos por descargas eléctricas frías
27/10/2020 de Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC) / Journal of Geophysical Research: Atmospheres
La familia de fenómenos eléctricos que se producen en nuestra atmósfera, que durante siglos se creía formada solo por los rayos de tormenta, sigue creciendo: hace unas tres décadas se descubrieron los Eventos Luminosos Transitorios, una serie de eventos luminosos muy rápidos relacionados con los rayos y que suelen ocurrir decenas de kilómetros sobre las nubes; y en 1994 se descubrieron los estallidos de rayos gamma terrestres, que se originan en la parte alta de las nubes de tormenta y que fueron un hallazgo inesperado, ya que hasta ese momento se pensaba que la radiación gamma solo procedía del espacio exterior. Ahora, un estudio confirma la presencia de un tipo de descargas eléctricas frías dentro de las nubes, que producen destellos azules y emisiones pulsadas en radio.
Las emisiones pulsadas en radio procedentes de las nubes, de carácter bipolar y muy rápidas, se hallaron en los años 80 del siglo pasado. “Solo recientemente, en 2016, un trabajo sugería que estos pulsos bipolares podían ser el resultado de procesos muy rápidos típicos de descargas frías, es decir, aquellas que, al contrario que los rayos, no calientan el aire circundante –señala Sergio Soler, investigador del IAA-CSIC que encabeza la investigación–. Pero su origen seguía siendo incierto: en 2013, el satélite FORTE detectó una serie de destellos ópticos que parecían estar asociadas a estos pulsos bipolares de radio, pero no pudo averiguarse si se trataba de rayos o de otro tipo de descarga eléctrica”.
La investigación llevada a cabo por el grupo de electricidad atmosférica (TRAPPA) del Instituto de Astrofísica de Andalucía ha resuelto esta incógnita al detectar, por primera vez de manera simultánea, destellos azules y emisión bipolar pulsada en radio procedente de las nubes de tormenta. Las detecciones ópticas han sido posibles gracias al instrumento ASIM, instalado en la Estación Espacial Internacional, y la ausencia de brillo en el rango típico de los rayos ha permitido confirmar que, en efecto, se trata de un tipo de descargas eléctricas naturales cuya formación y presencia en las nubes de tormenta se sospechaba.
“Nuestros datos señalan que se trata de descargas eléctricas frías, formadas por filamentos de aire ionizado, o plasma, en los que la temperatura de los electrones es muy elevada, más de 70000 grados, aunque la temperatura del aire es la del ambiente. Específicamente serían descargas de tipo corona, que cuando se estudian en el laboratorio se caracterizan por su aspecto filamentoso y su color azulado (emiten en el azul y en el ultravioleta cercano), y que también se producen en condiciones cotidianas, como en los tendidos de alta tensión o en los pararrayos”, señala Francisco J. Gordillo Vázquez, investigador del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC) que coordina el estudio.
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