Aumenta la distancia a la que se considera que una supernova podría provocar extinciones en masa en la Tierra
12/5/2017 de The University of Kansas / The Astrophysical Journal
En una nueva investigación un equipo de científicos ha estimado la distancia de una supernova que se produjo hace 2.6 millones de años y que dejó su huella en forma de isótopos de hierro-60 en antiguos lechos marinos terrestres, alcanzando la conclusión de que se produjo a la mitad de la distancia que se creía, 150 años-luz.
Los nuevos cálculos realizados por los investigadores al estudiar esta supernova les han llevado a concluir que la «zona asesina» de una supernova es más de los 25 años-luz que había sido estimada previamente. «Ahora pensamos que es mayor que eso», explica Adrian Melott (Universidad de Kansas). «No consideraron algunos efectos o no tenían datos buenos, así que ahora pensamos que pueda ser una distancia mayor. No lo sabemos con precisión, y por supuesto no sería una distancia perfectamente delimitada. Sería un cambio gradual. Pero pensamos que algo como 40 o 50 años-luz. Por tanto, un evento a 150 años-luz podría tener algunos efectos aquí pero no provocaría una extinción en masa».
Además de su distancia, las condiciones interestelares en el momento de la explosión de supernova influirían en su grado de letalidad para la biología de la Tierra. «Los rayos cósmicos viajan a lo largo de las líneas de campo magnético», explica Melott. «No les gusta cruzar las líneas de campo magnético ya que experimentan fuerzas que impiden que lo hagan. Si hay un campo magnético, no conocemos su orientación, así que podría crear una superautopista para los rayos cósmicos o podría bloquearlos. El principal caso de interés no incluye una superautopista, sino que gran parte del campo magnético fue destruido en una serie de supernovas que crearon la Burbuja Local, y nosotros y la mayoría de las supernovas más recientes estábamos dentro. Es un campo magnético débil, desordenado». En tal caso, los investigadores consideran que los rayos cósmicos de una supernova a 150 años-luz habrían penetrado en la baja atmósfera de la Tierra.
«Los rayos cósmicos de la supernova llegarían a la baja atmósfera, alterando la troposfera. Todo tipo de partículas elementales penetran desde alturas de 72-16 kilómetros, y muchos muones alcanzan el suelo. El efecto de los muones es el mayor, no dominante, pero como si cada organismo de la Tierra recibiera el equivalente a varias sesiones de tomografía axial computarizada por año». El cáncer y las mutaciones serían las consecuencias más obvias para la biología de la Tierra debido a los rayos cósmicos de una supernova. Examinando el registro fósil de África, los investigadores no encuentran indicios de una extinción en masa severa pero sí encuentran cierto grado de extinciones y cambios en las especies.