A la búsqueda del noveno planeta
18/10/2017 de University of Michigan / The Astronomical Journal
Algunos astrónomos piensan que existe un planeta ubicado más allá de Neptuno que podría formar parte de nuestro Sistema Solar y al que llaman Planeta Nueve. Se apoyan en el modo en que algunos objetos espaciales, llamados objetos transneptunianos, se comportan. Estos objetos transneptunianos, que son rocosos y más pequeños que Plutón, se encuentran en órbitas alrededor del Sol a distancias medias mucho mayores que la de Neptuno. Pero las órbitas de los más alejados – cuya distancia promedio al Sol es más de 250 veces la distancia de la Tierra – parecen apuntar en la misma dirección. Esta observación fue la primera que condujo a los astrónomos a predecir la existencia del Planeta Nueve.
Para que estos objetos transneptunianos estén alineados en las órbitas que ocupan actualmente debido a la influencia del Planeta Nueve, dicen los astrónomos que tendrían que haber permanecido en el Sistema Solar durante más de mil millones de años. Sin embargo, algunos investigadores piensan que en esa cantidad de tiempo algunos de estos objetos deberían de haber chocado contra otro planeta, haber sido arrojados al Sol o lanzados al espacio por la fuerza gravitatoria de los demás planetas.
Ahora Juliette Becker (Universidad de Michigan) y su equipo han buscado una explicación mediante la realización de un gran conjunto de simulaciones por computadora, que han arrojado dos descubrimientos acerca de estos objetos transneptunianos. Primero, las simulaciones establecieron cuál es la versión del Planeta Nueve que con mayor probabilidad haría que que nuestro Sistema Solar tuviera el aspecto que tiene, impidiendo que los objetos transneptunianos resulten destruidos o sean arrojados fuera del Sistema Solar. Segundo, las simulaciones predicen la existencia de un fenómeno llamado «salto de resonancia» por el que un objeto transneptuniano puede saltar entre órbitas estables. Este proceso puede evitar que el objeto sea expulsado del Sistema Solar.
«A partir de ese conjunto de simulaciones, encontramos que existen versiones preferidas del Planeta Nueve que hacen que los objetos transneptunianos sean estables durante un mayor tiempo, lo que básicamente aumenta la probabilidad de que nuestro Sistema Solar exista del modo en que lo hace», comenta Becker. Además los investigadores descubrieron que, a veces, Neptuno saca un objeto transneptuniano de su resonancia orbital, pero en lugar de mandarlo hacia el Sol, fuera del Sistema Solar o hacia otro planeta, algo atrapa al objeto y lo confina en una resonancia diferente.