Un equipo de NASA se fija primero en la Tierra antigua para el estudio de exoplanetas con brumas
13/2/2017 de NASA
Para los astrónomos que intentan averiguar qué planetas lejanos podrían tener condiciones habitables, el papel de la bruma atmosférica ha sido neblinoso. Para ayudar, un equipo de investigadores ha estado estudiando la Tierra, en concreto la Tierra durante la época del Eón Arcaico, un periodo épico que duró entre 1000 millones y 1500 millones de años, al principio de la historia de nuestro planeta.
La atmósfera de la Tierra parece que fue bastante diferente entonces, probablemente con poco oxígeno disponible pero niveles altos de metano, amoníaco y otros compuestos químicos orgánicos. Las pruebas geológicas sugieren que la bruma podría haber llegado y haberse marchado esporádicamente de la atmósfera del Eón Arcaico, y los investigadores no están seguros del por qué. Los científicos piensan que una comprensión mejor de la formación de la neblina durante el Eón Arcaico podría ayudar en estudios de exoplanetas similares a la Tierra con brumas.
En el mejor de los casos, la bruma en la atmósfera de un planeta podría servir como un muestrario de moléculas ricas en carbono, u orgánicas, que podrían ser transformadas por reacciones químicas en las moléculas precursoras de la vida. La neblina también podría ofrecer protección frente a gran parte de la radiación ultravioleta dañina que puede romper el ADN.
En el peor de los casos, la niebla podría ser tan densa que apenas dejaría pasar luz. En esta situación, la superficie podría enfriarse tanto que se congelaría completamente. Si se produjo una bruma my densa en el Eón Arcaico habría tenido un profundo efecto ya que cuando empezó esta era, hace aproximadamente 4 mil millones de años, el Sol era más débil, emitiendo quizás el 80 por ciento del la luz que produce hoy en día. Sin embargo, según los modelos de estos investigadores, menos luz supondría la inhibición de los tipos de reacciones químicas necesarias para generar más neblina.
“Nuestros modelos sugieren que un planeta como la Tierra del Eón Arcaico en órbita alrededor de una estrella como nuestro Sol joven sería frío”, explica Shawn Domagal-Goldman (Goddard Space Flight Center, NASA). “Pero estamos hablando de que sería frío como el Yukon en invierno, no frío como el Marte de hoy en día”.