Ondas de choque de supernova, estrellas de neutrones y langostas
20/11/2014 de Chandra
Dos imágenes nuevas de Chandra de restos de supernovas revelan las complejas estructuras que se forman después de la explosión de las estrellas masivas. MSH 11-62 y G327.1-1.1 son dos buenos ejemplos de ello. Crédito: NASA/CXC/GSFC/T.Temim et al.
Una supernova que anuncia la muerte de una estrella masiva envía titánicas ondas de choque tronando a través del espacio interestelar. Habitualmente queda una estrella de neutrones ultradensa, que no está muerta ni de lejos, ya que escupe un vendaval de partículas de alta energía. Dos nuevas imágenes del observatorio de rayos X Chandra de NASA proporcionan vistas fascinantes – incluyendo una enigmática formación con aspecto de langosta – del complejo resultado de una supernova.
Cuando una estrella masiva agota su combustible produciendo una explosión de supernova, las regiones centrales usualmente colapsan formando una estrella de neutrones. La energía generada por la formación de la estrella de neutrones produce la supernova. Mientras la onda expansiva barre el gas interestelar, se produce una onda de choca inversa dirigida hacia el interior, calentando el material estelar expulsado.
Además, la rápida rotación y el intenso campo magnético de la estrella de neutrones (se trata entonces de un púlsar) se combinan generando un potente viento de partículas de alta energía. La llamada nebulosa del viento del púlsar puede brillar intensamente en rayos X y ondas de radio.
Una larga observación con Chandra del remanente de supernova MSH 11-62 (imagen de la izquierda) revela una capa irregular de gas caliente, mostrada en rojo, que rodea la nebulosa extendida de rayos X de alta energía, mostrada en azul. El frente de choque inverso y otros secundarios dentro de MSH 11-62 parece que han empezado a chocar contra la nebulosa, posiblemente contribuyendo a su forma alargada.
El remanente de supernova G327.1-1.1 (imagen derecha) muestra la onda de choque saliente en color rojo pálido, y una brillante nebulosa del viento del púlsar (azul). La nebulosa parece haber sido distorsionada por la acción combinada de la onda de choque inversa, que puede haberla aplanado, y por el movimiento del púlsar, lo que ha creado una cola parecida a la de un cometa, o a una langosta. Una explosión de supernova asimétrica puede haber inducido el movimiento de retroceso del púlsar, haciendo que se desplace con rapidez y que arrastre la nebulosa con él.