¿Cuántas lunas se convirtieron en una?
11/1/2017 de Israel Institute of Technology / Nature Geoscience
Esta ilustración de artista muestra dos cuerpos planetarios que formarán una luna nueva, mientras que otra luna preexistente está ya en órbita alrededor de la prototierra. Crédito: Hagai Perets.
La Luna y la pregunta de cómo se formó han sido durante mucho tiempo fuente de fascinación y maravilla. Ahora un equipo de investigadores israelíes sugiere que la Luna que vemos cada noche no es la primera luna de la Tierra sino la última en una serie de lunas que estuvieron en órbita alrededor de la Tierra en el pasado.
La nueva teoría contradice el paradigma habitualmente aceptado del “impacto gigante” según el cual la Luna es un objeto único que se formó tras una colisión gigante única entre un planeta pequeño parecido a Marte y la Tierra antigua. “Nuestro modelo sugiere que la Tierra antigua albergó varias lunas, cada una formada a partir de una colisión diferente con la prototierra”, afirma el profesor Hagai Perets (Technion). “Es como si esas lunitas hubieran sido expulsadas más tarde o chocaran con la Tierra o unas contra otras formando lunas más grandes”. Para comprobar las condiciones necesarias para que se formaran estas minilunas los investigadores realizaron 800 simulaciones de impactos contra la Tierra.
El nuevo modelo está de acuerdo con las ideas que la ciencia posee actualmente acerca de la formación de la Tierra. En sus últimas fases de crecimiento, la Tierra experimentó muchos impactos gigantes con otros cuerpos. Cada uno de esos impactos aportó material a la prototierra, hasta que alcanzó su tamaño actual.
“Pensamos que la Tierra tuvo muchas lunas anteriormente”, explica Perets, quien añadió que “una luna formada con anterioridad podría ya existir cuando se produjo otro impacto que formó otra luna”. Las fuerzas de marea de la Tierra harían que las lunas migraran lentamente hacia afuera (la Luna actual lo hace a un ritmo de 1 cm por año). Una luna preexistente se habría movido hacia el exterior cuando se formara otra. Sin embargo, su atracción gravitatoria mutua las habría hecho chocar y unirse, construyendo así poco a poco la Luna más grande que vemos hoy en día.