Examinando estrellas que explotan a través del estudio de núcleos atómicos
20/2/2017 de Michigan State University
Imagine poder observar los aspectos microscópicos de una nova clásica, una explosión estelar masiva sobre la superficie de una estrella enana blanca (tan grande como la Tierra) en un laboratorio, en lugar de hacerlo desde lejos con un telescopio. Esto es lo que pretende Christopher Wrede (Michigan State University) estudiando núcleos exóticos o “isótopos raros” que influyen sobre estas detonaciones cósmicas.
“Los astrónomos observan las estrellas que explotan y los astrofísicos crean modelos de ellas en supercomputadoras”, explica Wrede. “En el laboratorio NSCL y, en el futuro, en el laboratorio de haces de isótopos raros, podemos medir las propiedades nucleares que controlan las explosiones estelares y sintetizan los elementos químicos, datos iniciales esenciales para los modelos. Los isótopos raros son como el ADN de las estrellas que explotan”.
“Los isótopos raros nos ayudan a comprender como las estrellas procesaron parte de los gases hidrógeno y helio del Big Bang, convirtiéndolos en elementos que constituyen los planetas sólidos y la vida”, comenta Wrede. “Los experimentos en laboratorios de isótopos raros están empezando a proporcionar información física detallada necesaria para comprender nuestro orígenes”.
En un experimento reciente, el equipo de Wrede investigó la producción estelar del isótopo radiactivo aluminio-26, presente en la Vía Láctea. Una inyección de aluminio-26 en la nebulosa que formó el Sistema Solar podría haber tenido influencia sobre la cantidad de agua presente en la Tierra. Los investigadores consiguieron identificar la última reacción nuclear desconocida que afecta a la producción de alumino-26 en las novas clásicas. Concluyeron que hasta un 30 por ciento podría ser producido en novas y el resto debe de ser creado en otras fuentes como las supernovas.