El planeta Ceres se formó en la zona más fría del Sistema Solar y fue arrojado al Cinturón de Asteroides
18/5/2022 de FAPESP / Icarus
El planeta enano Ceres, el mayor objeto del Cinturón de Asteroides, no posee suficiente masa como para retener una atmósfera por pura atracción gravitatoria, pero la luz solar evapora el amoníaco y el hielo de agua subterráneos, formando una neblina que se dispersa hacia el espacio exterior. Los depósitos de hielo brillan con intensidad en el fondo de sus cráteres.
El núcleo del planeta enano está probablemente compuesto por materia pesada (hierro y silicatos) pero lo que le diferencia de otros objetos cercanos es su manto de amoníaco y hielo de agua. La mayoría de los cuerpos del Cinturón de Asteroides no tiene amoníaco, lo que sugiere que Ceres se formó fuera de él, en la región más fría que existe más allá de la órbita de Júpiter, para ser luego arrojado al interior del Cinturón de Asteroides por la enorme inestabilidad gravitatoria causada por la formación de los gigantes de gas Júpiter y Saturno.
«En nuestro artículo, proponemos un escenario para explicar por qué Ceres es tan diferente de los asteroides vecinos. En este escenario, Ceres se empezó formando en una órbita mucho más allá de Saturno, donde abundaba el amoníaco. Durante la fase de crecimiento de los planetas gigantes, fue atraído hacia el Cinturón de Asteroides como un migrante del Sistema Solar exterior y sobrevivió durante 4500 millones de años, hasta la actualidad», explica Rafael Ribeiro de Sousa (Universidad Estatal de Sao Paulo).
«Nuestras simulaciones demuestran que la fase de formación de los planetas gigantes fue altamente turbulenta, con colisiones enormes entre los precursores de Urano y Neptuno, la expulsión de planetas fuera del Sistema Solar e incluso la invasión de la región más interior por planetas con masas mayores que tres veces la masa de la Tierra. Además, la fuerte perturbación gravitatoria dispersó objetos similares a Ceres por todas partes. Algunos pueden haber alcanzado la región del Cinturón de Asteroides y adquirir órbitas estables capaces de sobrevivir a otros eventos», continúa Ribeiro de Sousa.
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