El observatorio de rayos X e-ROSITA detecta por primera vez la ‘bola de fuego’ de una explosión estelar
12/5/2022 de Universitat Politécnica de Catalunya / Nature
Cuando estrellas como el Sol consumen todo su combustible, se encogen para formar enanas blancas. A veces, estas estrellas muertas vuelven a la vida en una explosión termonuclear y producen una bola de fuego que emite una intensa radiación de rayos X. Ahora, un equipo de investigación liderado por la Friedrich-Alexander-Universität Erlangen-Nürnberg (FAU) y del que forma parte Glòria Sala, investigadora del Grupo de Astronomía y Astrofísica de la UPC y del Instituto de Estudios Espaciales de Cataluña (IEEC), ha podido observar, por primera vez, esta explosión de luz de rayos X.
Las condiciones extremas en la superficie de la enana blanca provocan que el material acumulado en la superficie acabe explotando y sea expulsado al espacio exterior en una enorme explosión termonuclear. El material se expande rápidamente y, en pocas horas, causa un aumento de la magnitud visible de la estrella. En ese momento, el fenómeno se puede observar desde la Tierra como una nueva estrella en el cielo.
Tal y como explica la investigadora Glòria Sala, las fases iniciales de la explosión de una nova “ya se habían previsto de forma teórica: las altas temperaturas de la explosión termonuclear causarían una intensa y breve emisión de rayos X. Es lo que se conoce como ‘bola de fuego’ inicial”. Durante los días posteriores a la explosión, la expansión de la bola de fuego provoca un disminución de la temperatura que hace que evolucione hacia una gran esfera de gas más frío, que emite en luz visible y que causa la aparición de la nueva estrella en el cielo.
El telescopio alemán de rayos X eROSITA tiene como misión hacer un mapa global del cielo en rayos X y, para ello, escanea toda la esfera celeste cada seis meses. Durante el segundo mapeo del cielo, en concreto el 7 de julio de 2020, se detectó una nueva fuente de rayos X extremadamente brillante que duró menos de ocho horas. Una semana más tarde, el 15 de julio, se descubrió desde la Tierra y en luz visible la explosión de la Nova Reticuli 2020 (YZ Ret), localizada a una distancia de 2,5 kpc de la Tierra (2.500 parsecs, unidad astronómica de longitud que corresponde, aproximadamente, a tres años luz o 30 billones de kilómetros). Esto permitió identificar por primera vez que el intenso flash de rayos X detectado por eROSITA correspondía a la bola de fuego inicial de la explosión de la nova.
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