El lugar al que ninguna misión ha llegado
5/2/2018 de ESA
Vivir cerca de una estrella es arriesgado y colocar una nave espacial cerca del Sol es un buen modo de observar la actividad solar que cambia rápidamente y de enviar avisos por anticipado de posibles peligros por fenómenos solares. ESA está estudiando cómo hacer esto.
El Sol expulsa periódicamente miles de millones de toneladas de material con campos magnéticos en expulsiones de masa de la corona colosales. Estas inmensas nubes de materia normalmente no llegan a nuestro planeta, pero cuando una lo hace perturba la burbuja magnética protectora de la Tierra y la alta atmósfera, afectando a satélites en órbita, la navegación, tendidos eléctricos terrestre y redes de datos y de comunicación, entre otros. Obtener avisos de estos fenómenos sería inmensamente útil: un estudio reciente de ESA estimó que el impacto potencial en Europa de uno solo de estos fenómenos extremos podría ser de unos 15 mil millones de euros.
«Uno de los mejores modos para observar la actividad solar que cambia rápidamente es colocar una nave espacial ligeramente apartada de nuestra línea directa al Sol, de modo que pueda observar la ‘cara’ de nuestra estrella antes de que gire y apunte hacia nosotros», explica Juha-Pekka Luntama (ESA).
Un punto virtual del espacio, denominado quinto punto de Lagrange (L5), se encuentra en un lugar ideal para monitorizar el Sol, a 60º por detrás de la Tierra en su órbita. «L5 es un lugar excelente para una futura misión de ESA relacionada con la meteorología espacial ya que nos proporciona imágenes por anticipado de lo que está ocurriendo en el Sol», comenta Juha-Pekka. «La nave espacial proporcionará datos cruciales que nos ayudarán a observar explosiones que llegarán a la Tierra, mejorar nuestras predicciones del momento de llegada a la Tierra y proporcionar conocimiento por adelantado de las regiones activas del Sol antes de que giren y sean visibles».
ESA seleccionará el diseño final de esta misión en unos 18 meses.