Camas y bañeras, antesala de la exploración espacial
20/2/2020 de ESA
En ausencia de gravedad, el cuerpo de los astronautas pierde masa muscular y densidad ósea, los ojos cambian, los fluidos se desplazan al cerebro… Nuestro cuerpo está adaptado a la vida en la Tierra y no está diseñado para volar por el espacio.
Dar con formas de mantener la salud en órbita constituye una parte importante de la investigación sobre vuelos tripulados. Cuantos más sujetos de estudio haya, mejor, pero enviar a gente al espacio es caro y complejo.
Los estudios de reposo en cama simulan aspectos de los vuelos espaciales. En ellos, los participantes voluntarios permanecen en cama durante largos periodos de tiempo con la cabeza 6° por debajo de la horizontal. Además, han de tocar la cama con un hombro en todo momento: comidas, duchas y visitas al baño incluidas.
Cada uno de los centros de Francia, Alemania y Eslovenia cuenta con una centrifugadora que hace girar a los voluntarios para recrear la atracción gravitacional hacia sus pies mientras permanecen tumbados. Esta gravedad artificial puede contrarrestar algunos de los cambios que experimenta el cuerpo humano durante la exploración espacial.
“El objetivo es sobre todo probar las medidas que podrían reducir los efectos indeseables de vivir en gravedad cero —explica la coordinadora científica de la ESA para investigación humana, Angelique Van Ombergen—. En la ESA llevamos mucho tiempo realizando estudios de reposo en cama y, en esta nueva ronda, aplicaremos todos los conocimientos adquiridos para dar con las mejores técnicas y perfeccionarlas”.
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