Descubren una fulguración 10 mil millones de veces más potente que las del Sol
El Telescopio James Clerk Maxwell (JCMT), instalado en Hawái, ha descubierto una fulguración estelar 10 mil millones de veces más potente que las fulguraciones solares.
El Telescopio James Clerk Maxwell (JCMT), instalado en Hawái, ha descubierto una fulguración estelar 10 mil millones de veces más potente que las fulguraciones solares.
Un nuevo estudio relacionado con la posible presencia de agua bajo el casquete de hielo polar sur de Marte señala que sería necesaria una fuente de calor subterránea para que exista agua líquida bajo dicho casquete de hielo polar.
Los depósitos en el fondo del cráter Occator, que se formó hace unos 20 millones de años, solo tienen 4 millones de años de edad, indicando una formación relativamente reciente.
Sin los elementos radiactivos de la estrella que fueron inyectados en el Sistema Solar primitivo, nuestro planeta podría ser un mundo océano hostil cubierto por capas de hielo globales.
El 30 de enero de 2019, la cámara LROC de la nave Lunar Reconnaissance Orbiter (LRO) tomó una instantánea espectacular centrada en el lugar de aterrizaje de Chang’e 4, en el fondo del cráter Von Kármán.
Aunque la nueva órbita de MAVEN no supone una reducción drástica de la órbita actual, este pequeño cambio mejorará de forma significativa sus capacidades para la comunicación.
Desde que fue lanzada la misión en 2013, la constelación de satélites Swarm ha vigilado las variaciones del campo magnético de la Tierra y también la posición del polo norte magnético.
El róver será el primero de su clase que combine la capacidad de deambular por Marte y estudiarlo en profundidad.
Una evocadora secuencia nueva de imágenes de la nave espacial New Horizons de NASA muestra un retrato de despedida del objeto del Cinturón de Kuiper denominado Ultima Thule.
Una nueva investigación realizada en la Universidad de Northumbria demuestra que las ondas magnéticas del Sol se comportan de modo distinto al que se pensaba.
Ciertos fenómenos que se producen en agujeros negros pero no pueden observarse directamente en investigaciones astronómicas pueden ser estudiados por medio de simulaciones en el laboratorio.
El monitorizado anual de estos mundos gigantes permite ahora a los astrónomos estudiar cambios estacionales a largo plazo, así como captar patrones climáticos transitorios.