Vientos potentes observados en misteriosas binarias de rayos X
29/4/2016 de ESA / Nature
Ilustración de artista mostrando un objeto compacto – un agujero negro o una estrella de neutrones – alimentándose de gas de una estrella compañera en un sistema binario. Crédito: ESA–C. Carreau.
El satélite de rayos X XMM-Newton de ESA ha descubierto gas alejándose a un cuarto de la velocidad de la luz desde binarias de rayos X muy brillantes en dos galaxias cercanas. Estos sistemas binarios están formados por un resto estelar (una enana blanca, estrella de neutrones o agujero negro) que se alimenta del gas de una estrella compañera. El gas forma un disco que gira alrededor del objeto central compacto; la fricción en el disco hace que el gas se caliente y emita luz en muchas longitudes de onda, con intensidad particular en rayos X. Sin embargo, no todo el gas es tragado por el objeto central y parte de él podría incluso haber sido expulsado por vientos y chorros potentes.
Existe una clase intermedia de objetos que fue descubierta en la década de 1980 y todavía no se conoce bien. Estas fuentes, que son entre diez y cien veces más brillantes que las binarias de rayos X ordinarias, son no obstante demasiado débiles para ser relacionadas con agujeros negros supermasivos y, en cualquier caso, a menudo se encuentran lejos del centro de sus galaxias, donde se hallan estos agujeros negros.
“Pensamos que estas ‘fuentes de rayos X ultraluminosas’ son sistemas binarios especiales en cierto modo, engullendo gas a un ritmo mucho mayor que una binaria de rayos X ordinaria”, explica Ciro Pinto, del Instituto de Astronomía de Cambridge (UK). “Algunos contienen estrellas de neutrones altamente magnetizadas, mientras que otros podrían esconder los agujeros negros de masa intermedia, durante mucho tiempo buscados, que tienen masas de alrededor de 1000 veces la masa del Sol. Pero en la mayoría de los casos, la razón de su comportamiento extremo todavía no está clara”.
Ciro es el director de un nuevo estudio, basado en observaciones del satélite XMM-Newton de ESA, que revelan por vez primera la presencia de fuertes vientos soplando a velocidades muy altas desde dos de estos objetos exóticos. El descubrimiento, publicado en la edición de esta semana de Nature, confirma que estas fuentes esconden un objeto compacto que adquiere masa a ritmos extraordinariamente altos.