Una onda de choque a mach 1000 ilumina un resto de supernova
26/11/2013 de CfA
Cuando una estrella explota como supernova, brilla intensamente durante unas pocas semanas o meses antes de apagarse. Sin embargo, el material expulsado en la explosión todavía brilla cientos o miles de años después, formando un pintoresco remanente de supernova. ¿Qué alimenta este brillo tan duradero?
En el caso del remanente de la supernova de Tycho, los astrónomos han descubierto que una onda de choque inversa, que se desplaza hacia el interior a velocidad mach 1000 (1000 veces la velocidad del sonido), está calentando el remanente y provocando que emita en luz de rayos X. «No podríamos estudiar antiguos remanentes de supernovas sin una onda de choque inversa que los iluminara», comenta Hiroya Yamaguchi, quien dirigió la investigación en el Harvard-Smithsonian Center for Astrophysics (CfA).
La supernova de Tycho fue observada por el astrónomo Tycho Brahe en 1572. La aparición de esta nueva «estrella» asombró a aquéllos que pensaban que los cielos eran constantes e inmutables. En su momento de máximo brillo, la supernova rivalizó con Venus antes de desaparecer de la vista un año después. Los astrónomos modernos saben que el suceso que Tycho y otros observaron fue una supernova de tipo Ia, provocada por la explosión de una estrella enana blanca. La explosión escupió elementos como silicio y hierro al espacio, a velocidades de más de 5000 km/s.
Cuando el material expulsado alcanzó el gas interestelar de los alrededores, creó una onda de choque – el equivalente a una «explosión sónica» cósmica. Esa onda de choque continúa desplazándose hacia afuera a mach 300. La interacción también creó un violento «reflujo» – un frente que se desplaza velozmente hacia el interior a mach 1000.