Una nueva perspectiva de la formación de la Luna
20/4/2015 de University of Maryland / Nature
Ilustración artística del choque entre dos cuerpos planetarios rocosos, como el que habría dado origen a la Luna de la Tierra. Crédito: JPL Photojournal / California Institute of Technology.
Científicos de la Universidad de Maryland han sido los primeros en confirmar el modelo comúnmente aceptado de formación de la Luna empleando las «huellas digitales» de la Luna y de la Tierra. Los resultados sugieren que el violento impacto de un gran cuerpo contra la Tierra creó una enorme nube uniforme de escombros que se mezcló muy bien antes de asentarse y formar la Luna.
Durante 30 años los científicos planetarios han pensado que, en algún momento de los primeros 150 millones de años después de la formación de nuestro Sistema Solar, la Luna se formó al producirse el impacto de un cuerpo gigante aproximadamente del tamaño de Marte que chocó y se fusionó con la Tierra, expulsando una enorme nube de rocas y escombros al espacio. Aunque esta descripción tiene sentido si consideramos el tamaño de la Luna y su órbita alrededor de la Tierra, las cosas empezaron a no encajar al comparar las composiciones isotópicas de la Luna y de la Tierra (el equivalente geológico a la «huella digital» del ADN). En concreto, la Tierra y la Luna se parecían demasiado.
Se esperaba que la Luna albergara la «huella» isotópica del cuerpo extraño que se fusionó con la Tierra, al que los científicos llamaron Theia. Dado que Theia procedía de otro lugar del Sistema Solar, probablemente tenía una composición isotópica muy diferente a la de la Tierra.
Ahora científicos de la UMD han generado una nueva huella isotópica de la Luna que proporciona la pieza que faltaba en el rompecabezas, estudiando un isótopo del tungsteno que está presente tanto en la Tierra como en la Luna. Los resultados sugieren que el impacto de Theia contra la Tierra fue tan violento que los escombros resultantes se mezclaron a fondo antes de asentarse y formar la Luna. «La pequeña pero significativa diferencia en la composición isotópica del tungsteno entre la Tierra y la Luna corresponde perfectamente a las diferentes cantidades de material que adquirieron la Tierra y la Luna con posterioridad al impacto», afirma Richard Walker, de UMD. «Esto significa que justo después de que se formarse, la Luna tenía la misma composición isotópica que el manto de la Tierra».