Una nube de gas en el centro galáctico es parte de una corriente de gas mayor
25/11/2014 de Max Planck Institute for Extraterrestrial Physics
Imagen en alta resolución de la nube de gas G2 en el centro de nuestra Vía Láctea, tomada con el instrumento SNFONI del VLT. La parte roja de la nube se acerca al agujero negro de 4 millones de masas solares (indicado con una cruz) a velocidades de unos pocos km/s. La parte azul ya ha superado la distancia más cercana al agujero negro y se aleja de nuevo. La nube esférica inicial ha sido estirada por el potente campo gravitatorio del agujero negro en un factor 50 en la dirección del desplazamiento. El tamaño de la nube desde la parte roja a la azul corresponde a 900 veces la distancia de la Tierra al Sol. La línea continua muestra la órbita de la nube de gas. La línea a trazos muestra la órbita de la estrella (S2). Crédito: MPE
Astrónomos del Max Planck Institute for Extraterrestrial Physics han presentado nuevas observaciones de la nube de gas G2 del centro galáctico inicialmente descubierta en 2011. Estos datos concuerdan muy bien con una perturbación por marea que está actuando ahora mismo. La órbita de G2 coincide con la de otra nube de gas detectada hace una década, lo que sugiere que G2 podría realmente formar parte de una corriente de gas mucho más extensa. También apoyaría algunos de los escenarios postulados para explicar la presencia de G2. Uno de estos modelos propone que G2 está siendo producida por el viento de una estrella masiva.
La nube de gas G2 se encuentra en una órbita altamente excéntrica alrededor del centro galáctico y las observaciones realizadas en 2013 han mostrado que parte de la nube de gas ha superado su máximo acercamiento al agujero negro. Las nuevas observaciones en el infrarrojo con el instrumento SINFONI en el VLT permiten rastrear la perturbación por fuerzas de marea que sufre la nube de gas por la presencia del potente campo gravitatorio del agujero negro.
Un estudio más profundo de los datos ha producido una sorpresa. “Hace ya una década, otra nube de gas – que ahora llamamos G1 – ue observada en la región central de nuestra galaxia” remarca Stefan Gillessen. “Exploramos la conexión entre G1 y G2 y hemos encontrado un asombroso parecido entre ambas órbitas”. Esta similitud sugiere que G1 lleva 13 años de adelanto sobre G2.
“Nuestra idea básica es que G1 y G2 pueden ser concentraciones presentes en una misma corriente de gas” explica Oliver Pfuhl, director del estudio. Es probable que tanto G1 como G2 sean concentraciones de gas en el viento de una de las estrellas masivas del disco de la galaxia, y que podrían haber sido expulsadas hace unos 100 años. Otra explicación posible es que proceden de una gran estrella, envuelta por una extensa nube de gas. Sin embargo, en base a los datos actuales del VLT, este modelo es altamente improbable.