Una joven estrella sugiere que nuestro Sol fue un bebé lleno de energía
10/6/2013 de CfA
A falta de una máquina del tiempo, nosotros aprendemos sobre el nacimiento de nuestro Sol y sus planetas estudiando jóvenes estrellas de nuestra galaxia. Un trabajo nuevo sugiere que nuestro Sol fue a la vez activo y “lleno de energía” en su infancia, creciendo de manera irregular y rápida, con “eructos” en forma de estallidos de rayos X.
“Estudiando TW Hydrae podemos observar lo que le ocurrió a nuestro Sol cuando era un bebé”, afirma Nancy Brickhouse, del Harvard-Smithsonian Center for Astrophysics (CfA). Brickhouse y sus colaboradores llegaron a esta conclusión estudiando la joven estrella TW Hydrae, situada a unos 190 años-luz de la Tierra, en la constelación boreal de la Hidra, la Serpiente de Agua. TW Hydrae es una estrella naranja de tipo K, con una masa que es el 80% la del Sol. Tiene unos 10 mil millones de años de edad, y todavía está acretando gas de un disco de material que la rodea. Ese mismo disco podría contener planetas recién nacidos.
Para crecer, la estrella “come” gas del disco. Sin embargo, el disco no alcanza hasta la superficie de la estrella, así que no puede alimentarse directamente de él. En lugar de ello, el gas es canalizado a lo largo de líneas del campo magnético hacia los polos de la estrella.
El material que cae contra la estrella crea una onda de choque y calienta el gas de acrecimiento a temperaturas mayores que 5 millones de grados. El gas brilla con rayos X de alta energía. A medida que se desplaza hacia el interior, el gas se enfría y su brillo se desplaza a longitudes de onda de luz visible. Para estudiar el proceso, Brickhouse y su equipo combinaron observaciones del observatorio de rayos X Chandra de NASA con las de telescopios ópticos instalados en tierra.