Una galaxia enana manda ondas que atraviesan los suburbios de la Via Láctea: un nuevo modo de explorar la materia oscura
8/1/2016 de Gemini Observatory / American Astronomical Society meeting
Simulación por computadora de la distribución de gas (izquierda) y estrellas (derecha) después de que la Vía Láctea fuera perturbada por la satélite enana. Puede descargar la animación completa desde este enlace. Fuente: Gemini Observatory.
La presencia de ondas en el gas del disco exterior de nuestra Galaxia ha intrigado a los astrónomos desde que fueron puestas de manifiesto en observaciones en radio hace una década. Ahora los astrónomos creen que han encontrado a la culpable: una galaxia enana que contiene un material oscuro, invisible, que rozó los bordes de nuestra galaxia hace varios cientos de millones de años.
«Es algo así como lanzar una piedra a un estanque y hacer ondas», explica Sukanya Chakrabarti del Rochester Institute of Technology, directora del estudio. «Por supuesto no estamos hablando de un estanque sino de nuestra galaxia, que tiene un tamaño de decenas de miles de años luz y está hecha de estrellas y gas, pero el resultado es el mismo, ¡ondas!». Chakrabarti añade que este trabajo es parte de una nueva disciplina llamada galactosismología. «Esta es realmente la primera aplicación no teórica en este campo, en el que podemos deducir cosas acerca de la composición invisible de las galaxias analizando ‘galactimotos’ » .
El equipo de investigadores estudió un trío de estrellas, pertenecientes a la clase de las variables cefeidas, que forman parte de la galaxia enana, estimando que ésta se encuentra a unos 300 000 años luz de nuestra Galaxia en dirección a la constelación de Norma. «Tenemos una idea bastante buena acerca de cual es la distancia a estas estrellas ya que el brillo intrínseco de las estrellas variables cefeidas depende de su periodo de pulsación, que podemos medir», afirma Chakrabarti. «Lo que yo quería saber es lo rápido que esta ‘bala’ iba cuando pasó por nuestra Galaxia; con esa información podemos empezar a comprender la dinámica y, en última instancia, cuánta materia oscura que no vemos hay allí».
Para conseguirlo, Chakrabarti y su equipo se concentraron en tres cefeidas de la diminuta galaxia. Usando observaciones espectroscópicas obtenidas en el Observatorio Gemini (así como en el telescopio Magellan y el espectrógrafo WiFeS) los investigadores descubrieron que las estrellas se alejan todas ellas a velocidades parecidas de unos 200 kilómetros por segundo. «Esto realmente implica que estas estrellas forman parte de un sistema organizado que se desplaza rápidamente y que pensamos que es una galaxia enana. Es también muy probable que esta satélite enana rozara nuestra Galaxia hace millones de años y dejara ondas tras ella», afirma Chakrabarti.