Un pitido cósmico con una energía sorprendente
14/11/2016 de EurekAlert / Penn State University/ Astrophysical Journal Letters
El radiotelescopio Parkes, en Australia, detectó el primer estallido rápido en radio (FRB) en 2001. Crédito: Wayne England.
Astrónomos de Penn State University han descubierto que los misteriosos pitidos cósmicos conocidos como estallidos rápidos en radio (FRB de sus iniciales en inglés) pueden emitir mil millones de veces más energía en rayos gamma que en ondas de radio, rivalizando con los cataclismos estelares conocidos como supernovas en la potencia de su explosión. El descubrimiento, el primero de emisión no en radio de un FRB, supone un impulso para el desarrollo de modelos de los FRB y un acicate para los astrónomos que buscan contrapartidas de larga duración con telescopios en rayos X, óptico y radio.
Los FRB fueron descubiertos en 2007 y desde entonces los astrónomos han detectado una docena de eventos. Aunque solo duran milisegundos en una frecuencia concreta, sus grandes distancias a la Tierra – y grandes cantidades de plasma en medio – producen un retraso en su llegada a frecuencias menores, dispersando la señal durante un segundo o más, produciendo un particular «pitido» en la banda de recepción en radio típica.
«Este descubrimiento revoluciona nuestra imagen de los FRB, algunos de los cuales aparentemente se manifiestan como un pitido y una explosión», comenta Derek Fox (Penn State). El pitido en radio puede ser detectado por telescopios instalados en tierra, mientras que la explosión en rayos gamma se detecta con los satélites de altas energías, como la misión Swift de NASA. «Las estimaciones del ritmo y distancia de los FRB sugieren que, sea lo que sea, se trata de un fenómeno relativamente común, que se produce en algún lugar del universo más de 2000 veces en un día».
El descubrimiento de la explosión en rayos gamma del FRB designado FRB 131104 fue posible gracias a que el satélite Swift estaba observando precisamente esa parte del cielo. Al mismo tiempo, fue detectado por el radiotelescopio Parkes en Australia. «Aunque los teóricos habían predicho que los FRB podrían ir acompañados por rayos gamma, la emisión que vemos en FRB 131104 es sorprendentemente duradera y brillante», explica Fox. La duración de los rayos gamma, entre dos y seis minutos, es muchas veces más que la duración de milisegundos de la emisión en radio. Y la emisión gamma de FRB 131104 supera sus emisiones en radio en un factor superior a mil millones de veces, por lo que las estimaciones de la energía necesaria para producir el fenómeno aumenta dramáticamente y sugiere severas consecuencias para los alrededores y para la galaxia donde se produce.