Un océano yace a pocos kilómetros bajo la superficie helada de Encélado
22/6/2016 de CNRS / Geophysical Research Letters
Imagen que muestra el grosor de la capa de hielo de Encélado, que alcanza los 35 km en las regiones ecuatoriales con cráteres (mostradas en amarillo) y menos de 5 km en la región activa del polo sur (en azul). Crédito: LPG-CNRS-U. Nantes/U. Charles, Prague.
Con erupciones de hielo y vapor de agua y un océano cubierto por una capa de hielo, la luna Encélado de Saturno es una de las más fascinantes del Sistema Solar, especialmente debido a que las interpretaciones de los datos de la nave espacial Cassini han sido contradictorias hasta ahora. Pero un equipo de investigadores ha propuesto recientemente un nuevo modelo que reconcilia los diferentes conjuntos de datos y demuestra que la capa de hielo del polo sur de Encélado podría tener solo unos pocos kilómetros de grosor. Esto sugiere la presencia de una intensa fuente de calor en el interior de Encélado, un factor adicional que apoya la posible aparición de vida en su océano.
Las interpretaciones iniciales de datos de los vuelos cercanos de Cassini en Encélado estimaban que el grosor de su capa de hielo es de entre 30 y 40 km en el polo sur y de 60 km en el ecuador. Estos modelos no consiguieron responder a la pregunta de si su océano se extiende o no bajo toda la capa de hielo. Sin embargo, el descubrimiento en 2015 de una oscilación en la rotación de Encélado conocida como libración, relacionada con efectos de marea, sugiere que posee un océano global y una capa de hielo mucho más delgada de lo predicho, con un grosor promedio de unos 20 km, excepto en el polo sur, donde se piensa que tiene menos de 5 km de grosor. En este modelo, el océano bajo el hielo constituye hasta un 40% del volumen total de la luna, mientras que su contenido en sal se estima que es similar al de los océanos de la Tierra.
Dado que una capa de hielo más delgada retiene menos calor, los efectos de marea causados por Saturno en las grandes fracturas del hielo en el polo sur ya no son suficientes para explicar el intenso flujo de calor que afecta a esta región. El modelo, pues, refuerza la idea de que existe una intensa producción de calor en el interior de Encélado que puede alimentar las chimeneas hidrotermales del suelo oceánico. Dado que se han detectado moléculas orgánicas complejas, cuya composición precisa es todavía desconocida, en los chorros de Encélado, estas condiciones parecen favorables para la aparición de vida.