Un observatorio volante detecta oxígeno atómico en la atmósfera marciana
30/5/2016 de NASA /Astronomy and Astrophysics
Espectro del oxígeno [O I] obtenido con SOFIA/GREAT, superpuesto sobre una imagen compuesta de Marte tomada por la nave Viking 1 del USGS de la Universidad de Arizona. La cantidad de oxígeno atómico, calculada a partir de estos datos de SOFIA, es cerca de la mitad de la cantidad esperada. Créditos: SOFIA/GREAT spectrum: NASA/DLR/USRA/DSI/MPIfR/GREAT Consortium/ MPIfS/Rezac et al. 2015. Imagen de Marte de NASA.
Un instrumento a bordo del Observatorio Estratosférico de Astronomía Infrarroja (SOFIA, de sus iniciales en inglés) detectó oxígeno atómico en la atmósfera de Marte por primera vez desde que fue observado hace 40 años. Estos átomos se encontraron en las capas altas de la atmósfera marciana conocida como la mesosfera.
El oxígeno atómico afecta a cómo escapan otros gases de Marte y, por tanto, tiene un impacto importante sobre la atmósfera del planeta. Los científicos detectaron sólo la mitad del oxígeno esperado, lo que puede ser debido a variaciones en la atmósfera marciana. Los científicos seguirán utilizando SOFIA para estudiar estas variaciones, que ayudarán a conocer mejor la atmósfera del Planeta Rojo.
«El oxígeno atómico de la atmósfera marciana es notoriamente difícil de medir», comenta Pamela Marcum, responsable científico del proyecto SOFIA. «Para observar las longitudes del infrarrojo lejano necesarias para detectar el oxígeno atómico, los investigadores tienen que encontrarse por encima de la mayor parte de la atmósfera de la Tierra y utilizar instrumentos altamente sensibles, en este caso un espectrómetro. SOFIA proporciona ambas cosas».
Las misiones Viking y Mariner, en la década de 1970, realizaron la última medida de oxígeno atómico en la atmósfera marciana. Las observaciones más recientes han sido posibles gracias a la posición en el aire de SOFIA, que vuela a entre 11300 m y 13700 m, por encima de la mayor parte del vapor de agua de la atmósfera de la Tierra que bloquea el infrarrojo. Los detectores avanzados de uno de los instrumentos del observatorio permitieron a los astrónomos distinguir el oxígeno de la atmósfera marciana del oxígeno de la atmósfera terrestre.