Un nuevo estudio subraya la teoría del «mundo de agua» en los orígenes de la vida
16/4/2014 de JPL
Imagen del fondo del océano Atlántico que muestra una colección de torres calcáreas conocidas como la «Ciudad Perdida». Se ha sugerido que las chimeneas alcalinas hidrotermales de este tipo son el lugar de nacimiento de los primeros organismos vivos de la Tierra antigua. Crédito: NASA/JPL-Caltech
La vida enraizó hace más de 4 mil millones de años en la Tierra naciente, un lugar mucho más húmedo e inhóspito que ahora, bañado por chisporroteantes rayos ultravioleta. Lo que empezó como simples células acabó transformándose en mohos del fango, ranas, elefantes humanos y el resto de los reinos vivos de nuestro planeta. ¿Cómo empezó todo?
Un nuevo estudio realizado por investigadores del JPL y el equipo de Mundos Helados del Instituto de Astrobiología de NASA describe cómo la energía eléctrica que se produce naturalmente en el fondo del mar podría haber originado la vida. Aunque los científicos ya habían propuesto esta hipótesis – llamada emergencia de la vida hidrotermal alcalina submarina» – el nuevo informe reúne décadas de investigaciones teóricas, de laboratorio y de campo en una gran imagen unificada.
Según estos descubrimientos, que también pueden interpretarse como la teoría del «mundo de agua», la vida puede haber empezado en el interior de agradables manantiales calientes en el fondo del mar, hace mucho tiempo, cuando los océanos de la Tierra se agitaban por todo el planeta. Esta idea de fumarolas hidrotermales como posibles lugares de origen de la vida fue propuesta inicialmente en 1980 por otros investigadores, que las encontraron en el fondo marino cerca del Cabo San Lucas, en México. Llamadas «fumadores negros» estas chimeneas producen burbujas de fluidos calientes y ácidos. Por el contrario, las fumarolas del nuevo estudio son más agradables, más frías y filtran fluidos alcalinos. Uno de estos complejos de chimeneas alcalinas formando torres fue encontrado casualmente en el Océano del Atlántico Norte en 2000, y fue apodado la Ciudad Perdida.
La teoría del mundo de agua de Michael Russell y su equipo afirma que las fumarolas hidrotermales templadas alcalinas mantuvieron un sistema en desequilibrio respecto del antiguo océano ácido que las rodeaba – uno que podría haber aportado la llamada energía libre para producir la aparición de la vida. De hecho las chimeneas podrían haber creado dos desequilibrios químicos. El primero fue un gradiente de protones, en el que los protones- que son iones de hidrógeno – se concentraron más fuera de las fumarolas. Se podría haber extraído energía del gradiente de protones, algo que nuestros cuerpos hacen todo el tiempo en estructuras celulares llamadas mitocondrias. El segundo desequilibrio habría consistido en un gradiente eléctrico entre fluidos hidrotermales y el océano.