Un nuevo estudio descubre que los océanos llegaron pronto a la Tierra
3/11/2014 de Woods Hole Oceanographic Institution / Science
En esta ilustración del Sistema Solar primitivo, la línea de trazos blanca representa la «línea de nieve», la transición entre el Sistema Solar interior más caliente, donde el hielo de agua no es estable (marrón) al Sistema Solar exterior, donde el hielo de agua es estable (azul). Existen dos modos posibles en que el Sistema Solar interior recibió el agua: moléculas de agua pegadas a granos de polvo dentro de la «línea de nieve» (como se muestra en la ampliación) y material de condritas carbonáceas lanzado al interior del Sistema Solar por efecto de la gravedad del protojúpiter. En cualquiera de los dos escenarios, el agua es acretada hacia los planetas interiores durante los primeros 10 millones de años de la formación del Sistema Solar. Fuente: Jack Cook, Woods Hole Oceanographic Institution
La Tierra es conocida como el Planeta Azul debido a sus océanos, que cubren más del 70 por ciento de la superficie del planeta y albergan la mayor diversidad de vida del mundo. Aunque el agua es esencial para la vida en el planeta, todavía ignoramos de dónde procedía y cuándo llegó.
Aunque algunos piensan que el agua pudo llegar tarde a la Tierra, mucho después de que el planeta se hubiera formado, los resultados de un nuevo estudio dirigido por científicos de la Institución Oceanográfica de Woods Hole han retrasado de forma importante el reloj para los primeros indicios de agua en la Tierra y en el Sistema Solar interior. «La respuesta a una de las preguntas básicas es que nuestros océanos estuvieron siempre aquí. No los conseguimos gracias a un proceso tardío, como se pensaba», afirma Adam Sarafian, director del estudio.
Este estudio se ha centrado en las condritas carbonáceas como posible origen del agua de la Tierra. Los meteoritos más primitivos que se conocen, las condritas carbonáceas, se formaron en el mismo remolino de polvo, arena, hielo y gases que formaron el Sol hace 4600 millones de años, mucho antes de que se formaran los planetas.
«Estos meteoritos primitivos reflejan la composición general del Sistema Solar», afirma Sune Nielsen. «Contienen mucha agua y ya han sido considerados en el pasado como candidatos para ser el origen del agua de la Tierra». Las medidas que este equipo ha realizado demuestran que el asteroide 4-Vesta contiene la misma composición de isótopos de hidrógeno (átomos de hidrógeno con diferente número de neutrones en su núcleo) que las condritas carbonáceas, y también que la Tierra. Esto, junto con datos sobre isótopos de nitrógeno, apuntan a las condritas carbonáceas como a la fuente común más probable de agua.
«Este estudio demuestra que con mucha probabilidad el agua de la Tierra fue adquirida al mismo tiempo que la roca. El planeta se formó como un planeta húmedo con agua en la superficie» afirma Marschall.