Un laboratorio perfectamente inmóvil en el espacio
9/3/2016 de ESA
Ilustración de artista de LISA Pathfinder, una misión de la ESA para probar tecnologías que serán utilizadas en los observatorios espaciales de ondas gravitacionales del futuro. LISA Pathfinder opera en un lugar del espacio a 1.5 millones de km de la Tierra en dirección al Sol, en órbita alrededor del primer punto de Lagrange del sistema Sol-Tierra (L1). Crédito: ESA–C.Carreau.
Después de una larga serie de comprobaciones, LISA Pathfinder de ESA ha empezado su misión científica con el objetivo de demostrar tecnologías y técnicas clave para la observación de ondas gravitacionales desde el espacio. Predichas por Albert Einstein hace un siglo, las ondas gravitacionales son fluctuaciones en el tejido del espacio-tiempo producidas por fenómenos astronómicos exóticos como explosiones de supernova o la fusión de dos agujeros negros.
Recientemente, la primera detección de estas ondas inauguró la era de la astronomía gravitacional. Un futuro observatorio en el espacio, sensible a las ondas gravitacionales con longitudes de onda más largas que las detectadas en tierra, será una herramienta esencial para explotar este nuevo campo de estudio investigando algunos de los objetos más masivos y potentes del Universo.
Con LISA Pathfinder los científicos e ingenieros están probando la tecnología necesaria para extender la búsqueda de ondas gravitacionales al espacio. En particular, LISA Pathfinder ha sido diseñada para conseguir la «caída libre» más pura que se conoce, una condición extremadamente difícil de conseguir pero que es necesaria en un observatorio de estas características. Para conseguirlo, el equipo de investigadores soltó dos masas (una pareja de cubos idénticos de oro-platino que miden 46 mm de lado) dentro de la nave espacial y ahora están verificando que realmente están moviéndose sólo bajo el efecto de la gravedad.
Esto no es trivial en absoluto: incluso en el espacio hay fuerzas capaces de perturbar los cubos, incluyendo la radiación y el viento del Sol, así que necesitan estar aislados de todas estas influencias no gravitacionales. Para conseguirlo LISA Pathfinder mide continuamente sus posiciones y maniobra a su alrededor con micromotores para evitar tocarlos en algún momento. «Mientras se encuentran en caída libre por el espacio, las dos masas deberían de estar extraordinariamente inmóviles ya que no hay ninguna otra fuerza que perturbe su movimiento gravitacional, sólo una onda gravitacional podría moverlas», explica Stefano Vitale, de la Universidad de Trento (Italia).